El trabajo Gestalt de Perls y Gendlind (1)
José Evaristo Luján Jiménez y Juan José Ruiz Sánchez
Fritz Perls
Frederick
Salomon Perls nació el 8 de Julio de 1893 en Berlín. Su padre Nathan
era fraccionador de vinos y viajante de comercio. Masón. Su madre Amalia
era judía ortodoxa, fanática del teatro y la ópera. Tenía dos hermanas.
Una mayor llamada Else, ciega y la menor, Grete actuaba y se vestía
como varón. Se llevaba muy mal con su padre y no se hablaban. Su
infancia fue dura ya que sus padres lo castigaban y fue echado de la
escuela hasta que a los 14 años entró a otra escuela en la cual se
sintió más cómodo y tomó contacto con el mundo del teatro. Empieza sus
estudios de Medicina en Berlín al salir del colegio. Pero en 1914 con el
inicio de la 1era. Guerra es eximido de ella por padecer malformación
cardíaca. En 1916 entra como voluntario en la Cruz Roja hasta 1918 allí
lo hieren en la cabeza y tiene otras complicaciones. En 1920, a los 27
años se recibe de médico. 1923 viaja a New York para revalidar su título
pero se lo niegan por no saber inglés. Se vuelve a Alemania desanimado.
En eso conoce a Lucy, una mujer mayor que él que le hace conocer cosas
nunca vividas y transgredir los límites. Hace psicoanálisis con Karen
Horney (1885-1953). En 1926 se mudó a Frankfurt. Es asistente de Kurt
Goldstein. Allí conoce a Lore Posner, de 21 años. En 1928 nuevamente en
Berlín se dedica al psicoanálisis. Se casan en 1929 y en 1930/31 se van a
Viena y supervisa con Helen Deutsch. En ese mismo año 1930, Karen
Horney le recomienda a Wilchem Reich. En 1931 nace Renate, su primer
bebé. En 1933 escapa a Holanda por la persecución nazi. Ernest Jones le
consigue un cargo de psiquiatra en Sudáfrica, Johannesburgo. Allí funda
el Instituto Sudafricano de Psicoanálisis. En 1935 ya se han convertido
en ricos y famosos. Nace su segundo hijo, Steve. En 1936 va al Congreso
Internacional de Psicoanálisis de Praga, Checoslovaquia y presenta su
trabajo sobre "Las Resistencias Orales" Freud lo rechaza y él rompe con
el psicoanálisis. Aparece en 1940 su obra "Ego, Hambre y Agresión". .
En
plena 2ª. Guerra se alista en la armada sudafricana como psiquiatra
hasta 1946, año en que se muda a N. York y se separa de su familia hasta
el año siguiente donde su familia se va a vivir con él. En 1950 se
forma el Grupo de los 7 que lo forman: él y Lore, Paul Godman, Isadore
From, Paul Weisz, Elliot Shapiro, Sylvester Eastman y Ralph Hefferline.
En el año 1951 publican su primera obra conjunta llamado "Gestalt
Therapy" En 1952 Fritz y su esposa Laura o Lore, fundan el Instituto
Gestáltico de N. York y en 1954 se crea el Instituto Gestáltico de
Cleveland. Fritz decide salir de "gira " para dar a conocer su enfoque.
Va a Miami, Los Angeles, Chicago y Detroit. En 1955 cansado y deprimido,
a los 63 años se muda a la Florida y aparece otro amor en su vida el el
año 1957, Marty Fromm, una joven de 32 años. Su pasión dura dos años.
En 1962 viaja durante 18 meses por todo el mundo. Israel (kibbutz),
Japón (2 meses en un monasterio zen) En Diciembre de 1963, Michel Murphy
y Richard Price le proponen convertirse en huésped residente en Esalen.
En 1964 se instala. En 1965 su salud era muy mala entonces Ida Rolf que
también fue a Esalen lo ayuda a recuperarse y queda como nuevo, lleno
de ganas de vivir. Sus talleres (su circo, como él los llamaba) son
numerosos y se hace famoso apareciendo en las revistas más conocidas de
U.S.A. Se publica su famoso libro "Sueños y Existencia". En 1969 cumple
su sueño, crear un kibbutz gestáltico en Canadá, en el Lago Cowichan,
con 30 de sus discípulos formados en Esalen. En 1970 viaja a Berlín,
París y Londres. Al regresar a Chicago sufre un infarto, le descubren
cáncer de páncreas y muere el 14 de Marzo de 1970 a los 77 años. Su
muerte fue celebrada por 1500 personas con danzas y música, como él
quería.
4.1. Teoría
INTRODUCCIÓN
"...
no puede enseñarse, esto lo explicita muy bien aquel viejo cuento que
oí a Tony de Mello de un gobernador en la India que, renunciando a su
status, cargo y posesiones, fue a un monasterio motivado por aprender
sabiduría. Admitido en el monasterio solicitó enseguida entrevistarse
con el maestro. ¨A qué vienes? Le preguntó el maestro. A que me enseñes
sabiduría. El maestro, después de un silencio, respondió escuetamente:
la sabiduría no puede enseñarse. Decepcionado y frustrado el
ex-gobernador se apartaba del monasterio, cuando el maestro le llamó
matizando: "le he dicho que no puede enseñarse, pero no que no pueda
aprenderse".
(José A. García-Monge)
Plantea
desde el inicio serias dificultades cualquier exposición relativa al
enfoque terapéutico humanístico sobre los sueños. Ello es debido
precisamente a que ni siquiera podemos establecer de modo bien
delimitado cuales son, y cuáles no son, las psicoterapias humanísticas.
Por otra parte, cualquier exposición que pretenda presentar de forma
sistematizada, académica, teorizada, el trabajo terapéutico de los
sueños en estas modalidades de psicoterapia, puede acabar resultando un
esfuerzo ilusorio. Estamos ante unas disciplinas que se resisten a
presentar su saber como unitario, exhaustivo, ni siquiera transmisible
al modo pretendido por los principios de comunicabilidad postulados por
toda ciencia. Antes al contrario, hablamos de un saber que parece hecho
precisamente del "material con que se fabrican los sueños",
parafraseando al cinematográfico halcón maltés.
Efectivamente,
en contadas ocasiones, y sólo cuando nos centramos en autores concretos
o sobre temas específicos, podemos hablar de teorías o tecnologías
humanísticas en psicoterapia: con unos principios y corolarios
psicológicos definidos y con técnicas describibles y comunicables
convencionalmente, y más allá de la transmisión iniciática que se genera
por la formación y supervisión prácticas. Así por ejemplo, uno de los
mejores expositores de la gestalterapia, Claudio Naranjo, califica este
modelo como "un sistema construido más bien sobre el entendimiento
intuitivo que sobre la teoría. /.../ La terapia gestáltica no ha surgido
como la aplicación de un cuerpo de teoría, sino que más bien es un
asunto de estar en el mundo de una cierta manera", es como si las
técnicas de las terapias humanísticas partieran de las experiencias y de
la creatividad de los terapeutas que ejercen ese 'estar en el mundo de
una cierta manera', y a partir de ello, comenzaran cualquier
construcción
teórica a posteriori, sobre el modelo psicoterapéutico ejercido.
Ante
este panorama, y desde la necesidad de una exposición mínimamente
sistematizada, podemos asumir en principio un acercamiento historicista
al tema que permita obtener unas primeras pistas sobre las corrientes
humanísticas. Desde aquí, es sabido que las principales líneas de esta
modalidad de psicoterapia proceden de autores que se formaron
inicialmente en el Psicoanálisis freudiano, mostrando una reacción
contra sus principios mecanicistas, e insistiendo más en las vertientes
interpersonales, fenomenológicas y existenciales de la persona. Sus
autores pretendieron crear una "tercera fuerza" frente al imperialismo
del Psicoanálisis y el Conductismo dentro de las instituciones que
movían la Psicología. Sus objetivos terapéuticos también iban más allá
de lo estrictamente clínico psicopatológico. Pretendían ayudar al hombre
a integrar y desarrollar la totalidad de sus potencialidades en los
diversos niveles que lo constituyen como ser humano. En este sentido, y
en respuesta a los esfuerzos de las disciplinas precedentes en la
Psicología por analizar y definir los diversos aspectos del hombre, la
Psicología Humanística intentaba una labor de síntesis holística sobre
el sujeto. Con estas premisas, los distintos autores e iniciadores de
escuelas humanísticas harán una relectura del Psicoanálisis tanto en lo
teorético como en la aplicación práctica del encuentro psicoterapéutico.
Sin embargo, el paradigma psicoanalítico seguirá latente en sus nuevos
enfoques. Por ejemplo, Berne hará con su Análisis Transaccional una
traducción fenomenológica e interaccionista de los conceptos de la
segunda tópica propuesta por S. Freud, quedando sus conceptos del Padre,
Adulto y Niño como trasuntos del Súper-yo, Yo y Ello freudianos.
Del
mismo modo, Perls retomará las nociones de defensas inconscientes y sus
correlatos corporales asumiendo las ideas de Freud y su discípulo W.
Reich. Desde este punto de vista, es comprensible advertir que no se
aleja excesivamente del Psicoanálisis la forma de conceptualizar los
sueños por parte de la Psicología Humanística, aunque sí ofrecerá un
enfoque de trabajo bien diferenciado.
Otra de las fuentes primordiales de las psicologías
humanísticas serán las filosofías orientales: El Tao, el Zen, etc. Ya lo
hemos ilustrado con la narración que iniciaba este capítulo. El mismo
Abraham Maslow, uno de los principales teorizadores de la Psicología
Humanística, enfoca ésta como "una teoría taoista del conocimiento"
frente a la teoría objetivista del conductismo.
A
la hora de presentar el enfoque humanístico de trabajo con los sueños
nos centraremos en los modelos que han abordado más directamente el tema
y así lo han trabajado desde sus inicios históricos como paradigma
psicoterapéutico. Nos referimos al Psicodrama de Moreno, la Terapia
Gestalt de F. Perls, la Terapia Experiencial y de Focusing e E.Gendlin, y
la Logoterapia de V. Frankl. Justificamos el orden de presentación de
los modelos siguiendo criterios históricos y también de orden didáctico,
por cuanto creemos que el tratamiento del enfoque psicodramático
encuentra una adecuado preámbulo al del enfoque gestáltico, y éste a su
vez del enfoque experiencial. Caso aparte constituirá, como veremos, el
tratamiento de la logoterapia, paradigma terapéutico notablemente
diferenciado de los anteriores en sus postulados y técnicas.
EL TRABAJO CON LOS SUEÑOS EN PSICODRAMA
Decía
Shakespeare que "el mundo entero es una escena en la que nosotros somos
los actores". Desde esta idea fundamental, partiendo de su notable
formación en poesía y teatro, J.L. Moreno (1889-1974) desarrolló el
Psicodrama, como un teatro de la verdad y la improvisación con un fin
terapéutico.
El
Psicodrama propone un entorno terapéutico grupal donde el paciente se
sitúa como Protagonista, quien de forma improvisada representa una
escena traumática o relevante, ya sea un sueño, un recuerdo infantil,
sus problemas relacionales actuales, etc.. El terapeuta psicodramatista
actúa como un director de escena ayudando al Protagonista a realzar su
dramatización; para ello recurrirá a varios Yo-Auxiliares, que acompañan
la acción personificando los papeles del drama; del mismo modo, el
resto del grupo se constituye como público, que presencia la obra y será
caja de resonancia de los fenómenos psicodramáticos escenificados.
En
el proceso psicodramático será fundamental la espontaneidad, se trata
de permitir representar al sujeto no sólo las situaciones conflictivas
de la vida real, sino también el poder sobrepasarlas con la creación
dramática, poniendo en juego todas las facetas de su personalidad,
integrándolas a partir de la acción, el movimiento. Así, se obtiene una
catarsis que es "la suma de todas las emociones que genera la
participación activa en el juego dramático".
La sesión psicodramática consta normalmente de tres fases fundamentales:
1. Precalentamiento:
Todos los miembros del grupo (terapeuta, público y protagonista)
realizan ejercicios similares a los de entrenamiento de actores
(imitación de gestos, expresión corporal, pantomima, etc.) para fomentar
la desinhibición y la toma de contacto del protagonista con sus
problemas y conflictos a trabajar.
2. Dramatización:
El protagonista sube al escenario y comienza la acción psicodramática
propiamente dicha. En esta fase la producción a través de la
espontaneidad será fundamental, y para ello el psicodramatista se
servirá de todo su arsenal de técnicas para conducir la sesión: el
soliloquio, el espejo, el doble, el cambio de roles, la realidad extra,
etc.
3. Verbalización:
Una vez que el protagonista ha expresado plenamente su problema con la
dramatización, suele sentirse vulnerable y desvalido. Ante la situación,
el proceso psicodramático se clausura con el apoyo afectivo por parte
tanto del terapeuta como del grupo. Se inicia un dialogo en el que se
expresan los momentos de la sesión con los que emocionalmente se ha
identificado. Con ello se hace transición entre la sesión psicodramática
(donde la espontaneidad se libera) y la vida real (donde es necesario
controlar el rol que se juega), sirviéndose de filtro para trasladar
cuanto de aprovechable, saludable y terapéutico hay en la espontaneidad
del protagonista para su vida real.
Psicodrama de los sueños
"Yo
comienzo donde usted acaba, usted analiza los sueños en su consulta y
yo permito que sean capaces de volver a soñar", tal es la diferencia de
enfoque que Moreno presentó en una ocasión a Freud, a propósito del tema
que nos ocupa. Como ya hemos referido anteriormente, los sueños son
objeto frecuente de trabajo en el enfoque psicodramático, y suele
realizarse dentro del marco grupal acostumbrado, con un precalentamiento
inespecífico, pero con una metodología concreta. Los participantes han
de tomar contacto con el espacio imaginario de la escena y
posteriormente se les pide que busquen un lugar donde echarse en
decúbito supino, cierren los ojos e inicien una relajación. Desde esta
posición, como analogía del proceso de irse a dormir, se les emplaza a
recordar los sueños que les venga a la mente, o que hayan sido elegidos
como objeto de trabajo: que se recreen en ellos, sus componentes, el
contexto, las personas, escenas, etc...
Seguidamente
se les invita a incorporarse lentamente, también en proceso análogo al
despertar, formar pequeños grupos en los que todos narran sus sueños a
los demás y eligen uno para dramatizar, valorando si el contenido es
resonante, relevante para el grupo. De esta forma se favorecen las
asociaciones grupales con el material expuesto y todo ello llevará a la
elección del Protagonista. Una vez que ha salido el Protagonista, y para
facilitar el inicio del trabajo psicodramático, se suele pasear con él
por la Escena, de modo que la repetición de lo soñado nos da pautas para
continuar, pues en este diálogo itinerante conocemos nuevos datos
acerca de lo que rodea a lo onírico: ¨ ¿Cuándo lo soñó?, ¨¿Con qué
frecuencia?, ¨¿Dónde?, etc... Optamos por comenzar con el dormitorio y
el momento de acostarse si:
- El protagonista no se encuentra preparado para la acción y necesita más tiempo de preparación.
- De lo informado se deduce que ese espacio tiene que ver con situaciones internas o relacionales que se reflejan deformadamente en el sueño manifiesto.
- Como una información más dentro del proceso de desciframiento del sueño, sería una dramatización diagnóstica.
Si
por el contrario el sujeto está preparado o el contenido del sueño no
parece relacional, pasamos directamente a la representación. El trabajo
con el sueño comienza con la escena de la descripción del dormitorio del
protagonista, iniciando la dramatización con el acto de irse a dormir,
para desde el sueño, como si de un despertar imaginario se tratase, dar
entrada al propio sueño como objeto de escenificación. Este
procedimiento aporta información acerca del soñante, no solo el
dormitorio, sino también sobre con quién duerme y qué postura adopta al
dormirse. Al representar el momento en que se soñó (téngase en cuenta
que el sueño a trabajar puede haber surgido hace largo tiempo), facilita
datos previos al contenido del sueño, y sirve también como atemperación
para la escena del sueño, de tal forma que el Protagonista se centre en
su mundo personal, se olvide del público y se prepare adecuadamente
para la acción, es decir, fundiéndose calentamiento y dramatización en
un solo procedimiento.
Una
vez que se comienza la representación del sueño, con Yo Auxiliares
escogidos por el Protagonista, los roles que no sean bien desempeñados
se corrigen mediante la Inversión de Roles, comprobandose las posibles
discordancias entre lo verbalmente referido y lo representado. Puede
hacerse pasar al Protagonista por todos los Roles del Sueño, pues así se
enriquece el material aportado a la hora de la Asociación de Escenas.
La representación no acaba con la puesta en escena del contenido
manifiesto, como hemos visto la Inversión de Roles proporciona nuevas
perspectivas a seguir. A veces son las distorsiones las que generan
nuevas escenas. Las escenas que proporcionan estos indicadores son
representadas, pues son los puntos de referencia que nos llevan a la
Escena Latente o Escena Nuclear Conflictiva. Si este encadenamiento de
escenas ha proporcionado un cambio en la visión del sueño, se anima al
Protagonista a volverlo a soñar. Sobre este resoñar insiste Zerka
Moreno, la esposa de J.L.. Moreno, continuadora de su obra tras su
muerte: el Protagonista es el Autor del Guión de la representación, por
lo que a él le compete volver o no al sueño manifiesto y cambiarlo según
lo que se haya dado cuenta en las dramatizaciones. Se le da la
oportunidad de trasformar lo acaecido y probarlo en el "aquí y ahora" de
la escena. Esto permite que el sujeto pueda seguir soñando, pues los
temores, amenazas, etc. son modificados por la acción en elementos más
familiares y cercanos al protagonista. No obstante, si durante el
psicodrama no se ha producido un cambio suficiente, existen elementos
del sueño que determinen la necesidad de seguir profundizando o si el
Protagonista demanda dejar las escenas en un momento dado, se respeta
esta resistencia y no se le invita a volver a soñar el sueño.
Esta
cadena de escenificaciones de los sueños que sigue a la representación
del sueño manifiesto, revela con extremada facilidad el contenido y los
pensamientos latentes. De los aspectos intrapsíquicos se pasa a los
interaccionales, donde es la vida cotidiana del sujeto, sus expectativas
y deseos, lo que se evidencian, es decir se exterioriza de forma
interactiva su propia intimidad, pero, como afirma Leutz G. (7), "el
reconocimiento del protagonista de la correspondencia entre el sueño
manifiesto y las circunstancias de la vida no se alcanza mediante la
interpretación, sino por su 'experiencia de evidencia' en psicodrama".
En este contexto remarcamos la frase de Moreno (1969): "La
interpretación está en la actuación misma", tal es la clave de la
terapia psicodramática.
En
la fase de Verbalización y Comentario Grupal se rehúsa todo intento de
desentrañar los entresijos del sueño del Protagonista, puesto que él ya
se ha desnudado en la Escena. El objetivo ahora es incitar a compartir
las vivencias que la representación del sueño y las escenas resonantes
que hayan surgido en los asistentes. Se arropa al Protagonista, se
desentraña el sentido grupal del sueño y se abre la oportunidad de
seguir dramatizando con escenas asociadas de los diferentes componentes
del grupo. Es el momento de reflexión tras la acción, donde lo soñado se
ubica no solo en relación al pasado sino también de cara al futuro. El
Protagonista se erige como Creador de su propia historia, por encima de
la atribución mágica y fatalista del destino o la esperanza pasiva y
providencialista de cualquier creencia, haciéndose responsable a sí
mismo como sujeto de su argumento existencial.
LA TERAPIA GESTALT
"Yo
soy yo, tú eres tú. No estoy en la vida para responder a tus
expectativas y tú no estás en la vida para responder a las mías. Si por
casualidad nos encontramos, será hermoso. Si no, cada uno podrá seguir
en paz su propio camino."
F.
Perls (1893-1970) fundó la Terapia Gestalt a partir de su formación
psicoanalítica, como reacción a los postulados mecanicistas y de
fragmentación de las instancias y procesos psicológicos, incorporando
las ideas holísticas de la Psicología de la Gestalt de Wertheimer, así
como las formulaciones existencialistas de la psicoterapia de
Binswanger.
A
igual que se ha dicho sobre otros modelos, no sería éste el marco
idóneo para una presentación exhaustiva del enfoque de la Gestalterapia.
No obstante, entendemos necesaria una exposición a muy grandes rasgos
de los postulados fundamentales de su modelo que sirva de marco de
conocimientos desde el que poder ilustrar cuanto de singular tiene esta
modalidad psicoterapéutica en cuanto al trabajo con los sueños. Perls
tuvo un limitado interés teórico, prefiriendo siempre centrarse en la
práctica clínica. Por tanto, para cualquier presentación de su modelo
hemos de recurrir prioritariamente a sus discípulos más destacados antes
que a los textos del fundador, más dirigidos a la publicación de
protocolos comentados de sus sesiones terapéuticas. Como primera
aproximación, asumimos la síntesis en ocho puntos que Starak (1984) hace
de la Terapia Gestalt:
- La Gestalt es un sistema de integración;
- Que enfatiza en los sistemas del darse cuenta, en oposición a las modalidades de pensamiento, conocimiento y uso del intelecto;
- Que acepta las experiencias en oposición al análisis;
- Que enfoca en el darse cuenta, en el aquí y el ahora;
- Que cree que la llave del cambio se encuentra en el presente;
- Que se apoya en la centración para resolver los conflictos que surgen con las polaridades;
- Que enfatiza la autorresponsabilidad en oposición a culpar las fuerzas externas a la persona;
- Que utiliza técnicas de observación y experimentación.
De
acuerdo con el autor, como núcleo fundamental del modelo tendríamos la
ya citada asunción holística del fenómeno humano, con una visión del
organismo como un todo en el que cuerpo, mente, y sujeto no están
separados y fragmentados en otras instancias, sino que son vistos como
una realidad única y total. Se trata de un organismo con su propia
capacidad para la autorregulación frente a las demandas del entorno o
sus propias necesidades, que busca por sí sólo su equilibrio con el
medio de forma continua, espontánea y nunca acabada. Todo ello desde una
valoración primordial del presente como vivencia inmediata y
fundamental: "Tan sólo existe el presente, el eterno aquí y ahora. Sólo
con esta consciencia de vivir el instante, olvidando pasados y futuros,
seremos capaces de eliminar el sufrimiento de nuestra vida y disfrutar
de la libertad que ella nos brinda".
Relacionada
directamente con esta valoración del aquí-ahora encontramos la palabra
clave del buen funcionamiento personal, y por ende del proceso
psicoterapéutico. Se trata del darse cuenta, el contacto ("awareness"):
el conocimiento inmediato de los medios interno y externos, la sensación
de conciencia y nexo con ambos medios, un contacto con uno mismo como
organismo para percibir las sensaciones corporales, los sentimientos,
ideas y actos, reclamando y sintiendo la propiedad de cada uno de ellos.
Como
ya indicamos, el individuo busca constantemente un equilibrio dinámico
entre su medio interno y externo a través de su proceso de darse cuenta,
gracias a su propia autorregulación organísmica, que lo hace capaz de
advertir sus necesidades, siguiendo una natural satisfacción de las
mismas y aliviando sus tensiones, y que va integrando las experiencias
como proceso global de aprendizaje, que a su vez formarán parte del
fondo sobre el que surgirán las nuevas necesidades y experiencias que
constituirán las nuevas figuras gestálticas. Sin embargo, cuando el
proceso queda bloqueado en alguna parte, no se satisfacen las
necesidades, se perturba la salud física, mental, emocional o
espiritual. Es el concepto de homeostasis o autorregulación, que se
define como "el proceso mediante el cual el organismo interactúa con su
ambiente."..."El organismo también tiene necesidades de contacto al
igual que necesidades psicológicas. Éstas se experimentan cada vez que
el equilibrio sicológico se perturba, al igual que las necesidades
fisiológicas se sienten toda vez que el equilibrio fisiológico se ve
perturbado. Estas necesidades psicológicas son lo que podríamos llamar
la contrapartida psicológica del proceso homeostásico.". Más adelante
señala que "al formular este principio en términos de la psicología de
la Gestalt podemos decir que la necesidad dominante del organismo en
cualquier momento, se convierte en la figura en primer plano y las demás
necesidades retroceden, al menos temporalmente, al fondo." ... "Para
que el individuo satisfaga sus necesidades, para crear o completar la
Gestalt, para pasar a otro asunto, tiene que ser capaz de sentir lo que
necesita y debe saber cómo manejarse a sí mismo y a su ambiente, ya que
incluso las necesidades puramente fisiológicas pueden ser satisfechas
únicamente mediante la interacción del organismo y el ambiente.".
Siguiendo
con las palabras del fundador, "en terapia, este tipo de
autorregulación es muy importante porque lo emergente, lo inconcluso,
saldrá a la superficie. No tenemos que cavar, está todo ahí y se puede
mirar de la siguiente manera: desde adentro, alguna figura emerge,
surge, viene a la superficie, luego sale al mundo externo, alcanza lo
que queremos, vuelve, asimila y recibe. Algo nuevo surge y de nuevo el
mismo proceso se repite.". Todo lo cual entra de lleno en el potencial
de autorrealización del ser humano, tal y como lo preconizan los
principales autores de la Psicología Humanística, dentro de una idea
holísta del ser humano, el cual se concibe como un ser unificado,
desechando la antigua división mente-cuerpo.
Es
de destacar la aportación teórica de Perls a la ontogénesis de la
agresividad humana. En su primera obra, "Yo, hambre y agresión" (1947),
Perls ya se desmarcó del Psicoanálisis freudiano al propugnar la
importancia del instinto del hambre, más allá del instinto sexual, en la
conformación del sujeto. Así, el instinto de hambre va dirigido a la
auto-conservación, en contraposición al sexual, que va encaminado a la
conservación de la especie. El instinto del hambre también mostrará
distintas fases evolutivas: prenatal, predental (lactancia), de los
incisivos (etapa del morder) y la de los molares (morder y mascar).
Mientras en la fase pre-dental emerge la impaciencia, la destrucción y
agresividad serán propias de la etapa del morder, mientras que la
asimilación e incorporación, como formas maduras de agresión, surgirán
en la etapa de los molares. Para Perls, "el restablecimiento de la
función biológica de la agresividad es la verdadera solución al problema
de la agresividad".
Otro
aspecto fundamental de su modelo es la consideración de la
responsabilidad plena del paciente ante sus pensamientos, sentimientos y
su conducta ante los demás. Uno de los objetivos de la terapia será
siempre el de romper con las dependencias que nos atan al exterior. Este
planteamiento sobre la responsabilidad del sujeto favorece la formación
y conservación de la relación terapéutica, evitando que el sujeto
pierda el tiempo culpando a los demás de sus propias vivencias,
facilitando la creación de opciones en su vida y la toma de decisiones
que le procuren más alegría y placer. En el orden terapéutico, esta
asunción de la responsabilidad del paciente facilitará el fomento de la
igualdad en la relación con el mismo, dado que el terapeuta no asume la
responsabilidad por la mejora de la salud y el bienestar del paciente.
En
consonancia con su punto de vista fenomenológico, la gestalterapia hace
desprecio por todo tipo de explicaciones, interpretaciones,
justificaciones o de actividad conceptualizante en la terapia. Es el
"acercadeismo", hablar sobre las cosas nos aparta inmediatamente de
ellas, de nuestra experiencia inmediata y directa En cuanto a los
aspectos terapéuticos, la Terapia Gestalt se basa, como el Psicodrama,
en las técnicas activas, con un movimiento de contacto respecto a lo
conflictivo, que permite darse cuenta de lo que se evita, trabaja en el
aquí-ahora de una forma emocional: "No basta con recordar un incidente
del pasado, uno tiene que volver a él psicodramáticamente.
Del
mismo modo que hablar de uno mismo es una resistencia en contra de
vivenciarse uno mismo, así también la memoria de una experiencia
-sencillamente hablar acerca de ella- la deja aislada como un depósito
del pasado, tan falta de vida como las ruinas de Pompeya.", refiere
Perls. Sigue un trabajo por capas, que gráficamente denomina "pelando la
cebolla".
Respecto
a las técnicas terapéuticas empleadas, la más conocidad y
representativa de las propuestas por la Gestalterapia es la "silla
vacía" o "silla caliente", técnica presentada por F. Perls. El cliente
tiene frente a sí mismo una silla, en la cual en fantasía imagina que
está sentada la persona ausente, o un elemento, objeto, evento, etc. que
sea material de trabajo terapéutico y con el que el cliente sostendrá
una posición dialógica. El cliente inicia hablando a quien (o a lo que)
ha colocado en la otra silla, sentándose posteriormente en la "silla
vacía" y respondiendo a la otra parte
Como
filosofía moral, o principios actitudinales para la salud y el
bienestar psíquico del individuo implícitos en la gestalterapia,
sintetizamos los propuestos por Naranjo:
- - Vive ahora. Ocúpate del presente.
- ð Vive aquí, no te preocupes por lo ausente.
- ð Experimenta la realidad, no la imagines.
- ð Gusta y mira, en vez de racionalizar.
- ð Expresa en vez de manipular, explicar, justificar o juzgar.
- ð No limites tu conciencia (awareness); entrégate el dolor igual que al placer.
- ð No adores ídolos; no aceptes más "debes" que los tuyos propios.
- ð Asume la plena responsabilidad por tus acciones, sentimientos y pensamientos.
- ð Acéptate como eres ahora y aquí.
Terapia Gestalt de los sueños
Si
para el psicoanálisis freudiano los sueños son la vía regia del
inconsciente, para la terapia Gestalt, son la vía regia de la
integración. Los sueños constituyen un elemento importante en el trabajo
terapéutico, por cuanto en ellos se reflejan diversas partes de la
personalidad del paciente, y se trata de que con ellos el individuo
adquiera mayor conciencia de sus polaridades, las reconozca y ponga en
juego para resolver sus conflictos personales e integrarlas.
Ya
ha sido tratado en otro capítulo de esta obra el enfoque psicoanalítico
de los sueños. Sin embargo, conviene hacer una puntualización de orden
epistemológico que va a contribuir al esclarecimiento del punto de vista
de la psicoterapia gestáltica sobre los sueños. El mismo Freud definía
el Psicoanálisis como un método de investigación de los mecanismos
psíquicos profundos. Así, con su obra sobre "La interpretación de los
sueños", plantea los sueños como objeto de estudio y traducción desde el
método psicoanalítico. Para el psicoanalista, todo sueño tiene un
significado prácticamente unívoco, comprensible desde el método y la
hermenéutica del Psicoanálisis y el estudio del inconsciente del sujeto
psicoanalizado.
Frente
a las concepciones psicoanalíticas clásicas de análisis de sueños, el
terapeuta gestáltico no los estudia de forma intelectualizada, y desde
luego, no-interpretativa. En lugar de ello, el sueño se concibe como un
mensaje existencial que eventualmente puede ser entendido, aunque no se
busca alcanzar tal comprensión pensando acerca del propio sueño, al modo
que propondría el psicoanalista. Se trabaja como una experiencia más
del sujeto, valorándose como si se estuviera realizando en el momento
presente. De hecho, el paciente es invitado a narrar el contenido del
sueño en tiempo presente. Claudio Naranjo afirmaba que "a veces, las
explicaciones son evitaciones". En este sentido, se trata una vez más de
permitir que la experiencia hable por sí misma, lo inmediato, "entrar"
al sueño en lugar de "traerlo a la mente", vivenciándolo en el
aquí-ahora terapéutico para ganar conciencia de lo que transmite.
De
este modo, mientras el psicoanálisis trabaja con asociaciones libres a
partir de elementos aislados del sueño que luego interpreta, en esta
modalidad terapéutica, según Perls, "cuando más nos abstengamos de hacer
inferencias y de decirle al paciente lo que significan sus sueños y lo
que significa lo que está sintiendo, más posibilidad habrá de que lo
descubra por sí mismo sin atenderse a nuestros conceptos o
proyecciones". Lo que se pretende es que el paciente reviva sus sueños
en el momento presente, en la misma sesión terapéutica. "Los sueños son
un mensaje existencial... son un mensaje de uno para sí mismo, para
aquella parte del Yo que quiera atenderlos. Los sueños son probablemente
la expresión más espontánea del ser humano". En síntesis, "un sueño es
una proyección condensada de nuestra existencia".
Siguiendo
con lo expuesto por el mismo fundador, en el trabajo de los sueños el
terapeuta pide "al paciente que se identifique con todas las partes de
su sueño, intente darse cuenta de la paradoja que representa y la
resuelva". Considera que "todas las partes diferentes del sueño son
fragmentos de nuestra personalidad. Ya que nuestro objetivo es hacer de
cada uno de nosotros una persona entera, unificada, sin conflictos; lo
que debemos hacer es juntar todos los fragmentos del sueño. Debemos
reposeer estas partes proyectadas, las partes fragmentadas de nuestra
personalidad. Debemos reposeer el potencial escondido que aparece en el
sueño". Para Perls el trabajo psicoterapéutico sobre el sueño supone
hallar todos los elementos para captar su sentido, para ello basta con
retomarlos a través de la experiencia que supone la identificación con
cada uno de ellos, de modo que la figura -contenido manifiesto del
sueño- y el fondo -contenido latente- sean integrados.
La
búsqueda y trabajo de polaridades, tan importante en la psicoterapia
gestáltica, también es crucial en los sueños, donde siempre se suelen
representar los opuestos: perro de arriba, perro de abajo o el fanfarrón
y el insignificante o, como se refiere en psicodrama, rol y contrarrol;
se favorece el darse cuenta sobre lo que uno está haciendo las
posibilidades de cambio que tiene a su alcance.
Perls,
en su obra sobre "Sueños y existencia. Terapia Gestáltica" propone un
diálogo con el rol del sueño, en el cual el sujeto se identifica con él y
desde el mismo habla al grupo, vean sus instrucciones: "Me gustaría que
cada uno representara el rol de su sueño, tal como 'yo vengo muy rara
vez a ti y cuando lo hago, lo hago en pequeños fragmentos' o de
cualquier modo que vivencien el sueño. Quiero que sean el sueño. Que
inviertan el rol, de modo que sean el sueño, y le hablen a todo el
grupo, como si fueran el sueño hablándole a ustedes mismos."
LA TERAPIA EXPERIENCIAL Y EL FOCUSING
Lo
corporal como piedra de toque y crisol fundamental del sujeto, es la
base del modelo de Gendlin: "Solamente su cuerpo conoce cómo le hacen
sentirse sus problemas y el único que sabe dónde se situán es su
cuerpo". Así, su modelo terapéutico prestará atención no a los
sentimientos en sí mismos, sino a cómo éstos se inician en el cuerpo, de
donde brotarán con unos significados siempre singulares que hay que
ayudar a descubrir y reconocer con todos sus matices, pero no ya como un
fin en sí mismo, como sería lo propio de la introspección, el
autoconocimiento o la meditación convencionales, sino porque en ello, en
la sensación-sentida, existe el empuje natural al movimiento, al cambio
y crecimiento personal que pretende toda psicoterapia.
Una
vez más, no se trata de imponer interpretaciones al cliente al modo
como lo haría el psicoanalista, que acaba por tachar de resistencia
cualquier objeción a su interpretación; ni siquiera podemos contentarnos
con que el cliente acepte la interpretación que se le ofrece en tanto
que le resulte plausible. Para el Focusing, sólo cuando el cliente entra
en contacto directo con lo que le paraliza, lo que le hace síntoma, eso
que su propio cuerpo aloja y reconoce, logrará movilizar de sí mismo
los recursos hacia una actuación más saludable, ya sea en el plano
emocional o de comportamiento.
La
atención a lo vivenciado corporalmente es la clave. Para Gendlin, "tras
cualquier cosa que la persona dice o hace, se debe prestar atención al
efecto que tiene sobre lo que se experimenta de forma directa", hacer
una comprobación corporal del efecto de nuestra interpretación, de
nuestra palabra como terapeutas. Para este autor, el camino es
indiferente, podemos recurrir a cualquier modelo, teoría, hermenéutica,
lo importante es el efecto corporal, la sensación-sentida que emerge, y
que se caracteriza por los siguientes aspectos (Gendlin, 1996):
- Se constituye en la zona limítrofe entre lo consciente y lo inconsciente.
- Tiene al principio una cualidad confusa.
- Se experimenta corporalmente, como un todo, único y complejo.
- Se mueve y modifica siguiendo unos pasos que progresivamente llevan al sujeto a su self más indefinible, menos formulable, pero siempre en dirección al crecimiento.
- Sólo retrospectivamente podemos confeccionar la explicación de cada paso.
A
este proceso de experienciar, que genuinamente ocurre de forma natural y
espontánea en la persona cuando funciona desde su integración personal
más saludable, se remite el procedimiento terapéutico básico del
focusing, que en esencia consiste en promover un método estructurado,
operativo y secuenciado de funcionamiento en la experienciación de las
vivencias del individuo, de reconocimiento de sus significaciones y los
movimientos a que se impulsan éstos últimos desde el propio cuerpo.
Este
procedimiento general del focusing queda explicitado en el "Manual de
Focusing" (1969) que el mismo Gendlin desarrolló en los siguientes
términos:
Esto
va a ser exclusivamente para ti. Lo que voy a pedir que hagas lo harás
en silencio, para ti mismo. Tómate un rato para relajarte... (5
segundos). Muy bien, ahora para tus adentros, dentro de ti,me gustaría
que prestaras atención a una parte muy especial de ti... Presta atención
a esa área dentro de ti y mira a ver cómo estás ahora mismo.
- Fíjate en lo que surge cuando te preguntas a ti mismo, "¿Cómo estoy ahora?", "¨Cómo me siento?", "¨Qué es lo más importante para mí en este momento?".
- Deja que surja, sea cual sea el modo en que lo haga, y mira cómo es. 30 segundos.
Si entre las cosas que acabas de pensar hay un problema tuyo
que sientes como importante, continúa cerca de él. Si no es así, elige
un problema importante para trabajar con él. Mira bien que el problema
que elijas sea lo suficientemente importante en tu vida. Elige aquello
que te parezca más significativo.
10 segundos.
1. Es evidente que hay muchas facetas de eso sobre lo que
estás pensando -demasiado como para centrarse sólo en una de ellas. Pero
puedes sentir todas estas cosas juntas. Presta atención allí donde
normalmente sientes las cosas y ahí puedes adquirir la sensación de cómo
se siente la globalidad del problema. Permítete a ti mismo sentir todo
eso.
30 segundos.
2. Mientras prestas atención a la sensación global de eso,
puedes darte cuenta que quizás surja una sensación especial. Date
permiso para prestar atención a esa sensación en particular.
1 minuto.
3. Sigue junto a esa sensación. No dejes que tan sólo sea
palabras o imágenes -espera y deja que las palabras y las imágenes
surjan de la sensación.
1 minuto.
4. Si esta sensación cambia, o se mueve, deja que así sea. Sea
lo que sea que pase, sigue la sensación y préstala atención.
1 minuto.
5. Ahora, toma lo que te resulta novedoso de la sensación del
problema y hazlo suavemente. A medida que lo sientes, busca nuevas
palabras o imágenes que capten aquello que ahora sientes. No tiene por
qué haber algo diferente a lo que ya tenías antes. Si se dan palabras
nuevas mejor, pero las antiguas pueden ajustarse igual de bien. Lo
importante es que ahora encuentres las palabras o las imágenes que digan
lo que te resulta novedoso en este momento.
1 minuto.
6. Si las palabras o las imágenes que ahora tienes sugieren
algo diferente, mira a ver de qué se trata. Deja que las palabras o las
imágenes cambien hasta que sientas que son las adecuadas, hasta que
capten tu sensación.
1 minuto.
Ahora te dejaré un rato para que lo uses como quieras y luego habremos terminado.
El
trabajo con los sueños en la Terapia Experiencial y Focusing En
constraste con los modelos humanísticos presentados hasta ahora, en el
caso del Focusing podemos afirmar que su creador hace una presentación
exhaustiva y explícita sobre el trabajo con los sueños desde su modelo
experiencial. Son variados los trabajos y artículos en los que
desarrolla sus aportaciones al tema, incluyendo una monografía dedicada
exclusivamente al tema (1985).
"En
combinación con el cuerpo y la interacción, vemos que los sueños poseen
una incipiente energía para el cambio. He comprobado que estos
movimientos son siempre positivos, siempre se trata de cambios graduales
hacia la vida, el interés, la conexión y la curación". Gendlin asume
algunos postulados freudianos al valorar los sueños son una vía de
entrada fundamental para la terapia, tanto por aportar de forma
inmediata materiales que suelen estar lejos de la conciencia del
cliente, como por su capacidad para transformar los problemas del
individuo en imágenes que implícitamente contienen energía que se mueve
hacia una solución.
Esta
misma concepción fisicalista de la energía parece contener resonancias
metapsicológicas freudianas; sin embargo, de la lectura de los textos de
Gendlin sobre el enfoque experiencial de los sueños reconocemos más esa
posición monista y corporalista de las terapias que pretendemos
contemplar en este capítulo. Para el focusing los sueños no son
reducibles a un producto del psiquismo humano, sino que son procesos,
expresiones tan propias del organismo, del cuerpo, como la digestión o
la respiración. Esta inmediatez experiencial del sueño, el que haya
surgido desde el organismo del individuo la noche anterior (se suele
trabajar sobre los sueños más recientemente vividos por el cliente), es
la base de su riqueza de cara al trabajo terapéutico. Esto no supone un
rechazo del bagaje hermenéutico del psicoanálisis; por el contrario,
Gendlin considera que "los sueños manifiestan patrones universales
descritos por Freud y Jung". El sueño conoce la cultura primitiva, los
mitos, la sexualidad, pero también es siempre algo nuevo, algo singular
del individuo que lo vive en su vida y en su organismo.
La logoterapia de Frankl
Volviendo
sobre la discusión que se planteaba en el inicio del presente capítulo:
¨Debemos considerar la Logoterapia de V. Frankl una modalidad de
Psicoterapia Humanística?. Aunque muchos autores la presentan dentro de
lo que se ha ido dando en llamar como Psicología Transpersonal, como una
línea de la psicología que radicaliza los postulados de la psicología
humanística, en lo que concierne a los objetivos de la presente obra,
nosotros nos vamos a permitir considerar la Logoterapia dentros de las
psicologías humanísticas por cuanto tiene interesantes aportaciones
psicoterapéuticas que reseñar sobre el tema de los sueños y los
problemas relacionados con el insomnio. Por otra parte, no es gratuito
considerar la Logoterapia de Frankl una psicoterapia humanística si
observamos en ella los siguientes rasgos:
- Su fundador se inicia en la disciplina como alumno de Freud, pero posteriormente propone una alternativa a las restricciones metodológicas que plantea el psicoanálisis ortodoxo, y de las concepciones antropológicas excesivamente pesimistas, mecanicistas que subyacen al paradigma freudiano.
- La relación terapéutica como será el ingrediente fundamental de la psicoterapia, más allá del manejo y desarrollo de un arsenal de técnicas psicoterapéuticas.
- La recuperación del concepto de responsabilidad de la persona, frente a la sobre-determinación mecanicista del Psicoanálisis. La logoterapia recupera el concepto de responsabilidad desde los planteamientos filosófico-existencialistas, muy al modo de la noción sartriana de libertad. Otros planteamientos humanísticos, como por ejemplo el anteriormente expuesto de la Terapia Gestalt, insistirán en esta responsabilidad más basada en la auto regulación organísmica del sujeto, la propositividad, subjetividad, y singularidad de la experiencia individual.
A
igual que se ha dicho sobre otros modelos, no sería éste el marco
idóneo para una presentación exhaustiva del enfoque de la Logoterapia de
Frankl. No obstante, exponemos a muy grandes rasgos los postulados
fundamentales de su modelo que sirva de marco de conocimientos desde el
que poder ilustrar cuanto de singular tiene esta modalidad
psicoterapéutica en cuanto al trabajo con los sueños.
Para
Frankl, el eje fundamental del sujeto humano, más que la dinámica
instintiva y el inconsciente postulado por el psicoanálisis clásico, es
la necesidad del individuo de encontrar un sentido para su vida, un
significado. Tal significado es la fuerza que mueve al hombre a realizar
todas sus acciones. Los síntomas neuróticos, la angustia, es el precio
que el hombre paga por su evolución espiritual ante las dificultades que
entraña el encuentro del significado de su vida.
El trabajo con los sueños en la logoterapia
En
el aspecto del trabajo con los sueños, Frankl mostrará un declarado
interés por los mismos en su enfoque, por cuanto aportan material de
análisis logoterapéutico. Así queda plasmado, por ejemplo, en su ensayo
teórico sobre la logoterapia titulado "La presencia ignorada de Dios".
Mientras
para Freud los sueños son analizados desde una hermenéutica que
remitirá siempre al inconsciente del ello, de las represiones de los
materiales de la sexualidad infantil, Frankl apostará por la emergencia
del inconsciente espiritual, de la voluntad de sentido, presentes en los
contenidos del sueño con la misma fuerza con que se muestran los
materiales elloicos.
Tal
perspectiva hermenéutica sin duda apostará por una posición más
parsimoniosa, simplista, en el análisis de los sueños. Para Frankl, lo
esencial a exigir del analista en su trabajo será, en la línea de las
tradicionales reglas de abstinencia y neutralidad, "una imparcialidad
incondicional que no le haga cerrar los ojos en lo que se refiere a los
hechos de la espiritualidad inconsciente".
Por
otra parte, en el trabajo logo-terapéutico, los sueños son valorados
como material de mensaje de, y para, el propio paciente. Esto es, no se
trata simplemente de materiales que se prestan a la investigación y
análisis para dilucidar sobre el inconsciente del individuo, como si
fuesen simples exudaciones del inconsciente. Muy al contrario, y de
forma análoga a como se interpretaban los sueños en los pasajes del
Antiguo Testamento, el inconsciente espiritual del individuo apela a
éste a su responsabilidad a través del mensaje del sueño.
Así,
del mismo modo que los impulsos elloicos son reprimidos y condensados
en los materiales oníricos, la espiritualidad inconsciente del individuo
sufre otra forma de represión, más natural, a modo de "pudor" o
"vergüenza", no asimilable a la inhibición neurótica, sino en el modo en
que Scheler defendía la legitimidad, la humanidad de tales sentimientos
desde su función protectora de la intimidad No hace Frankl sin embargo,
distinción en la metodología de análisis del sueño dentro del proceso
terapéutico respecto al psicoanálisis freudiano
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