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1. La interpretación psicoanalítica de Freud
Juan José Ruiz Sánchez
Sigmund Freud
Nace
el 6 de Mayo de 1856 en Freiberg, Austria, en el seno de una familia
judía, y muere el 23 de Septiembre de 1939 en Londres. Comenzó su
carrera académica en 1885, prosiguiendo sus estudios médicos se
especializó en neurología, especialidad donde realiza importantes
trabajos sobre anatomía comparada del sistema nervioso y sobre
encefalopatías infantiles, y descubre las propiedades anestésicas de la
cocaína. En el año de 1885 siendo docente de la Universidad de Viena se
traslada a Francia, para completar su formación médica. En ese mismo año
sigue un curso con Charcot en la Salpetriere sobre la hipnosis como
inducción de una alteración neurológica de la histeria, y en 1889, el de
Berheim sobre la hipnosis como fenómeno psíquico, en Nancy. De regreso a
Viena se hace colaborador de J. Breuer con el cual ya había publicado
en 1895 sus "Estudios sobre el histeria". Freud se va convenciendo de
que las neurosis son enfermedades psíquicas independientes de toda
lesión orgánica, y formula su primera interpretación de las mismas como
causadas por choques afectivos olvidados e inconscientes. En esta época
busca un método capaz de sacar a la luz los traumas inconscientes y
olvidados, usando modificaciones progresivas del método hipnótico,
basado en la liberación o "catarsis" de las emociones reprimidas.
Posteriormente abandona la hipnosis por el método de la "asociación
libre" donde el paciente en postura recostada en el diván debe decir
todo aquello que le viene a la mente. Estudia los sueños "La
interpretación de los sueños" de 1901), desmonta sus mecanismos
principales, la estructura de la mente inconsciente, la psicogénesis de
la neurosis y la elaboración del "psicoanálisis" como método de
investigación de los fenómenos inconscientes y de terapia. En 1900
emprende su famoso análisis del caso Dora. En 1908 en Salzburgo,
Alemania, preside el primer congreso mundial de psicoanálisis presidido
por el mismo. En 1909 viaja a Estados Unidos, junto a sus entonces
colaboradores, Jung y Ferenczi, como invitado en varias universidades
americanas. En 1909 funda la Sociedad Internacional de Psicoanálisis. En
todos estos años publica una gran cantidad de obras como, entre muchas,
"Autobiografía. Historia del movimiento psicoanalítico (1925),
"Inhibición, síntoma y angustia (1926)", "El porvenir de una ilusión
!927)", "El malestar en la cultura (1927)", "Nuevas conferencias sobre
psicoanálisis (1932)", "Análisis terminable e interminable (1937)",
"Moisés y la religión monoteísta (1939)", etc. En 1938, por la
persecución y exterminio de los nazis sobre los judíos, se traslada a
Londres, donde muere en 1939.
1.1.Teoría de los sueños: Los sueños son realizaciones de deseos
1.1.1. Reseña histórica y conceptos fundamentales:
El
psicoanálisis fue creado por Freud (1856-1939). Su obra fue
influenciada por Herbart(176-1841) que mantenía una idea asociacionista
de la conciencia, que incluía un nivel consciente y otro pre consciente;
por Fechner(1801-1887),creador de la psicofisica, del que aprovecho su
concepto de umbral para elaborar el concepto de censura; por
Brucke(1819-1892) y T. Meynert(1833-1892), fisiólogos y maestros de
Freud, de los que recoge conceptos como el de los procesos primarios y
secundarios; por Brentano(1838-1917) del que deriva el concepto de Yo
como función autónoma y por el desarrolló del método hipnótico y
catártico de J.Breuer. Feixas y Miró, a la hora de exponer el desarrollo
de la obra de Freud, la divide en cuatro etapas:
- 1º La etapa pre-fundacional (1886-1895): En ella Freud clasifica las neurosis y busca un método de tratamiento para las mismas. En esta época son relevantes sus obras: "Los estudios sobre la histeria"(1895, publicada con Breuer) y "Proyecto de una psicología científica para neurólogos (1895, obra que no llegó a publicar en vida). Desarrolla un modelo causal de la histeria basado en las experiencias traumáticas del sujeto que quedan a nivel inconsciente y desarrolla una teoría de los procesos psíquicos como energía que circula por determinadas estructuras cerebrales.
- 2º La etapa fundacional (1895-1895): Los rasgos sobresalientes de esta etapa son el desarrollo del método de la asociación libre y el abandono de la teoría de las experiencias traumáticas (seducción infantil). El método de la asociación libre lo comenzó a utilizar con el mismo (autoanálisis) y le sirvió para descubrir sus deseos incestuosos hacia su madre, que formuló como Complejo de Edipo y que extendió como fenómeno universal.
- 3º La etapa de la Psicología del Ello (1900-1914). Se fundamenta en el concepto de libido, que sirve como base a la teoría psicoanalítica .Por libido se entiende la fuente de energía del psiquismo, la pulsión sexual(aunque no limitada a lo genital),que puede reprimirse, descargarse, sublimarse, etc. Las transformaciones de la libido regulan la elección de objeto (relaciones personales) y la formación del carácter o estructura psíquica. A esta época pertenece "La interpretación de los sueños"(1900), "Psicoterapia de la vida cotidiana"(1904) y "Tres ensayos sobre teoría sexual"(1905). Concibe las neurosis como resultado de una regresión o fijación en el desarrollo psicosexual. Elabora la noción de Inconsciente en una primera teoría (primera tópica), los sueños como realizaciones inconscientes de deseos, la descripción de la estructura mental en consciente-pre consciente-inconsciente, la descripción de los mecanismos de defensa y la diferencia psicosexual-estructural entre hombre y mujer. Desde el punto de vista terapéutico se desarrolla el análisis de los sueños con el método de la asociación libre.
- 4º La etapa de la Psicología del Yo (1914-1939). En esta fase desarrolla su segunda teoría de la estructura mental (segunda tópica) que se organiza como fuerzas psíquicas en conflictos entre el Ello, el Yo y el Superyó. También introduce en las fuerzas pulsoniales de la libido el concepto de pulsión de muerte (Thanatos). A esta época pertenecen las obras:"Introducción a la meta-psicología"(1915),"Mas allá del principio de placer"(1920) y "El Ego y el Id"(1924). A partir de este momento el Yo se sitúa en el centro del trabajo psicoanalítico, y el psicoanálisis se dirige a aliviar al yo de las presiones tanto del ello como del superyó.
Los
principales disidentes del psicoanálisis freudiano (Adler y Jung)
habían formado parte de este movimiento pero se apartaron del mismo y
desarrollaron sus propios modelos psicológicos y psicoterapéuticos.
Adler
(1870-1937) desarrolla su psicología individual centrada en el
sentimiento de inferioridad y su compensación, proponiendo un método
terapéutico más directivo centrado en la corrección de actitudes
inconscientes disfuncionales y es el fundador de las primeras clínicas
de trabajo psicológico con problemas infantiles.
Jung
(1875-1961) desarrolla su concepto de inconsciente colectivo que le
lleva a analizar las estructuras inconscientes comunes en las culturas
primitivas, y sobre todo en las religiones.
El
psicoanálisis actual se caracteriza por el desarrollo de varias
corrientes: Los que propugnan un énfasis en el Yo como estructura en
gran parte autónoma y las relaciones objetales (relaciones
interpersonales e intrapsiquicas). En esta línea destaca las
aportaciones de la llamada Psicología del Yo y de las relaciones
objetales (Sullivan, Hartman, Rappaport, Ana Freud,etc). Otra tendencia
destaca el papel de las experiencias tempranas en el funcionamiento de
la personalidad (M.Klein, Mahler y J. Bowlby) .Una tercera línea intenta
de aplicar el psicoanálisis a otras patologias distintas a la neurosis
como las psicosis y los trastornos de personalidad
(From-eichman,Sullivan, Kohut y Kernberg). Una cuarta línea destaca el
papel de los aspectos psicosociales en el desarrollo de las estructuras
inconscientes y la personalidad (Sullivan,Fromm, Erikson, etc.) Una
quinta línea, muy relevante para la psicoterapia, aplica formas breves
de psicoterapia psicoanalítica basadas en la investigación (Mann,
Sifneos, Malan, Davanloo y Strupp). Otra sexta línea retoma el
psicoanálisis en un intento de volver a sus fuentes a partir de la obra
de J. Lacan y su tesis del Inconsciente estructurado como un lenguaje.
Por último, una sexta línea, la más actual, intenta de acercar el
psicoanálisis a los modelos de la psicología cognitiva (Erdelyi,
Peterfreund, Bowlby, Arieti, etc.). La nota común es la diversidad.
Se suele definir el psicoanálisis desde cuatro niveles (Laplanche y Pontalis, 1968; Baker, 1985):
- Un método de investigación de los significados mentales inconscientes.
- Un método de psicoterapia basado en la interpretación de las relaciones transferenciales, resistencia y deseos inconscientes.
- Un conjunto de teorías psicológicas sobre el funcionamiento de la mente (meta psicología) y teoría clínica sobre los trastornos mentales y su tratamiento.
- Un enfoque filosófico o general para entender los procesos de las culturas y la actividad social.
Los
conceptos fundamentales del psicoanálisis se formulan a través de los
cinco modelos que Freud desarrolló sobre la actividad psíquica: el
modelo topográfico, el modelo económico, el modelo dinámico, el modelo
genético y el modelo estructural.
Modelo
Topográfico: Pertenece a la etapa de fundación del psicoanálisis. Freud
en esta época distinguía tres niveles de conciencia: El Inconsciente,
gobernado por los procesos primarios(ilógicos e intemporales) que
contiene los recuerdos, imágenes, sentimientos y deseos no accesibles a
la conciencia; El Pre consciente que intermedia entre el inconsciente y
el consciente, donde pueden acceder ciertos contenidos, y el Consciente,
gobernado por los procesos secundarios (lógicos y racionales),que se
identifica en gran parte con el Yo y con el principio de realidad(ajuste
al entorno).
Modelo
Dinámico: Desde esta perspectiva los fenómenos mentales son el
resultado de fuerzas en conflicto. El conflicto surge de una oposición
entre las fuerzas instintivas, o deseos sexuales y agresivos
inconscientes, las defensas, en gran parte inconscientes, derivadas del
Yo, y los principios normativos o morales del individuo conscientes e
inconscientes. El síntoma es una "solución de compromiso" para resolver
ese conflicto, y en el mismo está contenido entre las tres fuerzas.
Modelo
Económico: Se ocupa de los procesos energéticos que regulan la
actividad mental. Esos procesos son el principio de placer
(satisfacción) y el de realidad (adaptación al entorno). La libido es la
fuente energética guiada por el principio de placer que conlleva el
proceso primario de libre circulación y descarga de la energía. El
principio de realidad hace que la energía libidinal quede ligada a un
objeto (relación de catexia) para su descarga o satisfacción.
Modelo
Genético: Se ocupa del desarrollo evolutivo del sujeto, en concreto de
sus procesos inconscientes. A este proceso evolutivo se le denomina
desarrollo psicosexual que va progresando en fases; fases que pueden
alterase por exceso o defecto de gratificación (nociones de fijación o
regresión a una fase). La fase inicial, que ocupa el primer año es la
"oral" relacionada con las actividades de succión y chupar y con la zona
erógena de la boca: Los comportamientos adultos de fumar, beber, etc.-
se relacionarían con ella. Le sigue la fase "anal", segundo año, donde
el centro de gratificación es la zona anal y las actividades de
retención y expulsión de heces. La fijación en esta fase produciría
síntomas como el estreñimiento, enuresis, o rasgos de conducta como la
avaricia o el despilfarro. La tercera etapa, la "fálica", entre los tres
y cinco años, se relaciona con la zona erógena de los genitales, y la
superación de la misma se relaciona con la resolución del "Complejo de
Edipo". La última fase es la fase "genital" que se relaciona con la
capacidad orgásmica y actividades de recepción y expresión de
sensaciones sexuales y afectivas agradables.
Modelo
Estructural: Pertenece a la última etapa de la producción de Freud. Se
distinguen tres estructuras mentales: El Ello (Id) que es la fuente de
la energía mental, de los deseos e instintos básicos no normativizados
culturalmente de origen inconsciente; El Superyó (Súper-ego) derivado de
los valores normativos y morales de la cultura transmitidos
familiarmente, y el Yo (Ego), situado entre los dos anteriores y que
tiene por misión mediar entre los dos anteriores (entre los deseos
inconscientes y las normas que los restringen) así como con el medio
externo. El Ello es totalmente inconsciente, el Yo es en parte
consciente y en parte inconsciente, y el Superyó es también parcialmente
consciente e inconsciente (normas interiorizadas en la primera
infancia).
El
método terapéutico básico del psicoanálisis clásico se basa en tres
procesos fundamentales: La Asociación Libre, El Análisis de los
fenómenos de Transferencia y Contratransferencia y el Análisis de la
Resistencia. Al análisis de estos procesos le acompañan unos elementos
de encuadre o reglas de trabajo para el paciente (Regla básica de la
Asociación Libre) y el terapeuta (Regla de Abstinencia Regla de la
Atención Flotante).
La
asociación libre consiste en que el paciente debe de expresar todos sus
pensamientos, sentimientos, fantasías y producciones mentales en
general, según le vayan surgiendo en su cabeza y sentimientos sin
exclusiones o restricciones algunas. A veces el analista insta al
paciente a ir asociando a partir de los elementos que el propio paciente
ha generado en su propio discurso.
El
analista se abstiene de responder a demandas específicas del paciente
como el consuelo, la simpatía o el consejo, y hace de pantalla o espejo
en blanco que proyecta el discurso desplegado por el propio paciente
(regla de la abstinencia). Además el analista no debe de dar prioridad
inicialmente a ningún componente del discurso del paciente, manteniendo
una atención de neutralidad e importancia homogénea hacia todos los
elementos del discurso del paciente (regla de atención flotante).
Con
estas reglas, del paciente y terapeuta, se facilita que se produzca una
relación transferencial. El paciente proyecta o desplaza sobre el
analista aspectos cruciales con figuras importantes de su historia vital
(por lo general los padres). La re-experimentación del paciente de esos
aspectos conflictivos e inconscientes (transferencia) de la relación
con sus progenitores, proyectadas sobre el analista, que no reacciona
punitivamente ante el paciente, y le permite desplegar su discurso hacia
aspectos más inconscientes(que se van haciendo más conscientes),junto
con el análisis y la interpretación de esos fenómenos se le denomina
Análisis de la Transferencia.
Por
otro lado, el terapeuta, aunque este analizado, puede experimentar
reacciones emocionales hacia el paciente, que a nivel inconsciente suele
reproducir los roles complementarios punitivos o satisfacción de sus
progenitores, se denominan reacciones contra-transferenciales. El
análisis y la supervisión del propio terapeuta le ayudan a estar atento a
estas reacciones, como le proporcionan una valiosa fuente de
información para la terapia, y a su manejo adecuado.
Sin
embargo los pacientes suelen utilizar una variedad de maniobras
conscientes e inconscientes para manejar su propia ansiedad y conflicto y
para evadir su trabajo terapéutico de libre asociación (Resistencias).
La detección de esas maniobras y su interpretación adecuada constituye
el Análisis de las Resistencias. Este último trabajo terapéutico es
crucial para el desarrollo del análisis que suele desarrollarse por lo
general, en el transcurso de varios años en el psicoanálisis clásico.
1.1.2. La teoría de los sueños como realización de deseos:
Desde
su juventud, Freud, había tenido atracción por sus propios sueños; una
de sus costumbres era anotar la mayoría de sus sueños personales. De
hecho, la redacción de su libro La interpretación de los sueños, se
fundamenta mayoritariamente en el análisis de sus propios sueños,
coincidiendo con los dos primeros años de su autoanálisis personal (1897
y 1898), aunque esta obra fue publicada en 1900.
El
problema de los sueños se le planteó cuando trabajaba con la curación
de las neurosis mediante el método de la asociación libre, donde les
pedía a los enfermos que expresaran libremente el contenido de sus actos
mentales. Estos, le explicaban sus sueños con bastante frecuencia en el
curso de estas asociaciones.
De
este modo, Freud se encontró con el material de sus propios sueños y el
de sus pacientes neuróticos. En un principio escribía sus sueños y se
los enviaba a su amigo Fliess, médico otorrinolaringólogo interesado en
el psicoanálisis. En esta época, Freud, tenía interés en demostrar al
mundo científico que los sueños tenían sentido, que era una formación
del inconsciente y que tienen que ver con el deseo.
El
método de la asociación libre llevaba implícito que el paciente hablara
de sus sueños, respetando Freud el camino que le indicaban las
asociaciones. El sueño tomó paulatinamente la misma importancia que los
síntomas neuróticos al ser también una formación del inconsciente. A
partir del contenido manifiesto del sueño (lo inicialmente recordado, el
relato del propio sueño), los pacientes asociaban sobre el material que
al principio ignoraban (el contenido latente inconsciente) y que poco a
poco se iba haciendo más importante al estar relacionado con el
inconsciente, pasando el contenido manifiesto a ser solo una fachada
aparente. Con este procedimiento, Freud descubre e inventa lo que llamó
la "vía regia del psicoanálisis", ya que llevaba al deseo inconsciente
latente u oculto; siendo el sueño la realización de este deseo.
Los
restos diurnos de las experiencias tenidas por el sujeto en el día
antes de dormir servirán de material para la construcción inconsciente
del sueño, tomado este su forma de material manifiesto a través de su
recuerdo. Sin embargo, el contenido manifiesto llega a nuestra
conciencia de manera deformada y disfrazada; está censurado, de modo que
se presenta como una manifestación disfrazada de un deseo inconsciente.
El
mecanismo anterior ocurre por el conflicto entre el deseo inconsciente
que impulsa y demanda por ser reconocido por el sujeto, y una instancia
represora, al servicio de la norma interiorizada, que impone su deseo de
callarse.
Mediante
ciertos mecanismos, como el desplazamiento, el deseo inconsciente pasa a
ser representado de manera sucesiva en diferentes imágenes del sueño,
además de poderse condensar juntando o uniendo varias imágenes, siendo
de este modo ocultada a la conciencia. De otro lado, el método de
interpretación de los sueños rehúye la interpretación universal de los
símbolos, ya que cada sueño remite a los significados personales
inconscientes de un deseo; deseo que solo puede descifrar el propio
sujeto con la ayuda del despliegue de su cadena asociativa desde su
contenido manifiesto a su contenido latente e inconsciente. Sin embargo,
Freud llegó a admitir que en determinados casos se podía utilizar el
desciframiento universal de los símbolos, pero solo como método
secundario a la asociación libre.
A) Contenido manifiesto e ideas latentes del sueño:
El
sueño relatado o recordado subjetivamente carece de autenticidad, ya
que es sustituto de algo ignorado para el propio sujeto que tiene el
sueño. Esto ocurre porque esa parte tiene un carácter inconsciente para
la conciencia del sujeto. El sueño en su totalidad es una sustitución
deformada de un suceso inconsciente cuyo descubrimiento corresponde a la
interpretación de los sueños.
Para
el análisis de un sueño es importante tener en cuenta que el aspecto
exterior del sueño, su relato y presentación por el paciente o para
nosotros mismos, por muy extraño o inusual que nos parezca, no debe
preocuparnos para nada. Nuestra labor como terapeutas se reduce a
despertar, mediante la asociación libre, las representaciones
sustitutivas alrededor de cada elemento del sueño, sin reflexionar sobre
ellas o preocuparnos si se alejan o no de ese elemento del sueño. Se
debe esperar a que la parte inconsciente surja espontáneamente. Mediante
la asociación libre se le indica al sujeto que no evite comunicarnos
cualquier idea o recuerdo, por insignificante o absurda o repugnante que
le parezca, que le suscita ese elemento de su propio sueño. El papel
protagonista de la interpretación del sueño, recae sobre el propio
soñador, indicándole el terapeuta el método a seguir para acceder a la
parte inconsciente del mismo.
Sin
embargo, el sujeto o nosotros mismos al evocar nuestras asociaciones
respecto a los sueños tenderemos a desviarnos de la regla de la
asociación libre y a admitir, rechazar o seleccionar ciertas
interpretaciones como más atractivas que otras. De este modo toda
interpretación se realiza contra cierto grado de resistencia que impone
la propia mente consciente e inconscientemente a este trabajo.
De
esta manera el contenido manifiesto del sueño es la forma que el sueño
adopta ante nosotros en su secuencia de imágenes y relato, y el
contenido latente del sueño a aquello que permanece oculto por su
carácter inconsciente y que el terapeuta tratará de descubrir mediante
el análisis de las asociaciones libres que surgen en el sujeto a
propósito de su sueño.
B) Los sueños infantiles:
El
contenido manifiesto del sueño suele ser una representación
distorsionada del contenido latente del mismo, debido a la intervención
de distintos mecanismos que tienen lugar en la mente del sujeto y que se
oponen a la expresión directa de los deseos inconsciente, en particular
los mecanismos de represión o censura.
Sin
embargo, Freud reconoce que en los niños pequeños (menores de cinco
años) suelen presentarse los sueños como realizaciones de deseos de
manera directa o al menos con menor distorsión defensiva. En el caso de
niños pequeños no suele ser necesario el uso de la interpretación
mediante la asociación libre; y es mejor preguntarle al propio niño o a
los adultos significativos por sucesos transcurridos en el día anterior
del sueño, relacionándose esto con la reacción de la mente inconsciente
del niño a este suceso.
Por
ejemplo, Freud, relata el sueño de un niño de veintidós meses es
encargado de ofrecer a un tío u cestillo de cerezas, muy a disgusto, a
pesar de las promesas de que podrá, en recompensa, probar la fruta
ofrecida. Al día siguiente cuenta de que se comía todas las cerezas.
Otra
niña de tres años había hecho durante el día su primera travesía en
barco a un lago, que debió de parecerle corta, pues al desembarcar
rompió en llantos. A la mañana siguiente contó que por la noche había
soñado que navegó por el lago largo rato, sin que nadie le
interrumpiera.
Esto
hace pensar que los sueños infantiles tiene un sentido, y que en ellos
el contenido manifiesto y latente parecen más similares que en los
adultos. El sueño infantil es una reacción a un suceso del día anterior
que deja tras de sí un deseo insatisfecho, y que trae consigo la
realización directa y no disfrazada de ese deseo.
A
partir de los sueños infantiles, Freud concluye que el sueño es el
guardián del reposo, en el sentido de que instauran la realización de un
deseo que excitó al sujeto en el estado de vigilia. Esa realización
fantaseada y alucinatoria, permite al sujeto protegerle de la excitación
y proseguir el descanso y reposo del dormir, al permitirle al menos una
satisfacción "alucinada" de su deseo.
En
todos los demás sueños, de niños mayores y de los adultos, la
deformación del contenido manifiesto del sueño, tal como se nos aparece
en su secuencia y relato constituye una deformación defensiva de los
deseos inconscientes, de su contenido latente. En los adultos mediante
la asociación libre se revela los deseos inconscientes que habían
permanecidos ocultos y censurados.
C) La censura del sueño y el trabajo del sueño:
Como
ha quedado expuesto, salvo en los casos de los niños pequeños, el
contenido manifiesto de los sueños aparece deformado respecto a su
verdadera intención del deseo inconsciente latente.
¿Por
qué ocurre esta deformación del sueño? Esta deformación es la que hace
al sueño extraño e incomprensible al propio sujeto, y la que participa
en la propia resistencia consciente e inconsciente al reconocimiento del
deseo inconsciente que lo sustenta. La censura del sueño es la
responsable de tal resultado. La censura se levanta contra el deseo
inconsciente.
Los
deseos expresados en los sueños, al igual que los relacionados con los
síntomas neuróticos, tienen un aspecto central de naturaleza sexual y se
suelen relacionar con deseos eróticos vividos en la infancia o
relacionados asociativamente con ellos. La sexualidad infantil, se
constituye así en el motor de todo sueño. Los deseos incestuosos que se
producen en la infancia (complejo de Edipo) suelen estar relacionados
con estos deseos ocultos en el sueño.
La
censura representa la instancia moral del sujeto, lo que a su
conciencia le parece reprensible, indecente o repugnante. La búsqueda
del placer o deseo sexual es rechazada conscientemente mediante diversos
mecanismos inconscientes del propio yo del sujeto que se expresan en el
mismo sueño, aunque de manera más débil que en el estado de vigilia.
Estos mecanismos de defensa contra el deseo, y la forma disfrazada en
que se expresa ese deseo, son los que producen la particular forma de
cada sueño personal. El contenido manifiesto de los sueños adopta una
expresión similar a los síntomas, como formación de compromiso, al
reunir por una parte la expresión disfrazada de los propios deseos
inconscientes y la censura o represión del mismo deseo.
La
censura psicológica del contenido latente amenazador, lo mismo que la
censura política (analogía usada por Freud) adopta varias formas que se
agrupan en varias categorías:
- C.1. Omisión-atenuación: Simplemente se elimina el material problemático. Partes del sueño y su cadena asociativa es eliminado conscientemente; lo mismo que un censor elimina las escenas sexuales
- de una película que considera provocativa.
- C.2. Modificaciones como las insinuaciones, alusiones y elipsis: Se refiere a mecanismos que son básicamente variantes de la atenuación. En los sueños pueden aparecer alusiones al propio terapeuta como por ejemplo un sueño donde el sujeto dice que aparece un hombre que está detrás de él, que no parece prestarle atención pero que en realidad le está observando atentamente. En el psicoanálisis clásico el terapeuta se sienta detrás del paciente, fuera de su campo de visión, mientras este está recostado en el diván. Otros ejemplos, relacionados con la vida cotidiana aparecen por ejemplo en la publicidad cuando en letra pequeña aparece un texto debajo del anuncio, como por ejemplo la advertencia del peligro de fumar para la salud. En el sueño los detalles minimizados pueden contener un significado muy relevante de tipo inconsciente, que pueden pasar desapercibidos.
- C.3. Desplazamiento del acento: Esta técnica de censura consiste en desplazar el énfasis de lo crucial a lo trivial y viceversa. Lo importante es desplazado por lo no importante o al contrario. Algo que inconscientemente de manera latente es importante aparece como insignificante en el contenido manifiesto del sueño.
- C.4. La simbolización: Los elementos del contenido latente se expresan de manera no directa sino simbólica en el contenido manifiesto del sueño. Los símbolos oníricos suelen parecerse físicamente y funcionalmente al objeto que simboliza. De esta manera el pene suele estar representado por objetos alargados, que penetran o se elevan; y la vagina y senos, por objetos con cavidades, redondeados, frondosos, etc. De todas maneras los símbolos solo se han de tomar de equivalente al objeto sustituido con cierta prudencia, y solo de manera secundaria a la asociación libre.
- C.5. Dramatización: Se refiere a la representación plástica de una palabra, de modo que el sueño no se suele representar en el lenguaje de las abstracciones verbales sino en imágenes sensomotoras concretas como paisajes, escenarios, sonidos, olores, sensaciones corporales y acciones. Los sueños, de manera parecida a las experiencias psicóticas suelen ser alucinatorios. El proceso primario inconsciente, en el sueño está más libre (como en la psicosis) y eso se traduce en un funcionamiento más imaginativo y menos verbal.
- C.6. La condensación y el desplazamiento: La condensación implica la comprensión de varias ideas u objetos en uno. Ejemplos de esto están en la mitología, donde el centauro fusiona al hombre y al caballo, o en le minotauro que fusiona al toro y al hombre. El mecanismo de desplazamiento consiste en trasladar las características de un objeto a otro. Por ejemplo, un sujeto relata que en su sueño su hermano mayor tenía un bigote como Hitler. Esto puede referirse no solamente al desplazamiento del bigote de Hitler a la cara del hermano, y por lo tanto una condensación entre Hitler y su hermano, sino que abre la posibilidad de estar atentos al posible mensaje latente e inconsciente de que su hermano le despierten sentimientos similares a los de Hitler.
- C.7. La revisión secundaria o elaboración: Consiste en el intento defensivo de darle una presentación sensata al contenido manifiesto del sueño. Los recuerdos del sueño van adoptando una presentación más razonable y agradable para la conciencia, quedando lo censurable y desagradable cada vez mas desdibujado y olvidado.
- C.8. El trabajo o elaboración del sueño: En los sueños hay un aspecto que se relaciona con la satisfacción de un deseo y por otro lado la presentación del mismo en su vertiente manifiesta como una defensa frente a ese deseo inconsciente. El trabajo del sueño consiste en pasar el deseo inconsciente y latente a contenido manifiesto mediante las operaciones señaladas de representación plástica de palabras, simbolización primitiva y condensación. Más tarde Freud, al elaborar su teoría llego a decir que en realidad se produce un no trabajo del sueño, al referirse a que el yo del sujeto participa muy poco en el funcionamiento del ello en el sueño, de modo que en este es el proceso primario es primordial y los procesos defensivos, aunque presentes, se encuentran debilitados. Por ello habría un relativo no-trabajo del yo.
La
articulación de las anteriores operaciones de la censura psicológica
mediante las que el contenido latente inconsciente (deseo) subyacente es
transformado en el contenido manifiesto del sueño (relato, recuerdo o
vivencia inmediata del sueño) es lo que constituye para Freud el llamado
trabajo o elaboración del sueño. El trabajo del sueño transforma el
contenido latente en el contenido manifiesto, mientras que la
interpretación transforma el contenido manifiesto en el contenido
latente, haciendo accesible al sujeto, mediante la asociación libre, su
deseo inconsciente. El conocimiento del trabajo del sueño, sus
operaciones son una herramienta conceptual poderosa para la
interpretación adecuada de los sueños.
D)
Realizaciones de deseos: En sentido estricto, todos los sueños son
sueños infantiles, en cuanto transforman un deseo en un suceso
fantaseado o alucinatorio que produce una satisfacción. En los adultos
intervienen con más fuerza los mecanismos de deformación y distorsión
expuestos.
Una
de las críticas a esta formulación es que muchos sueños conllevan un
displacer y angustia considerable, lo que parece opuesto a la
satisfacción de un deseo. Freud, responde a esta objeción planteando que
en estos casos la realización del deseo no es evidente, y solo aparece
cuando estos sueños son interpretados. La presencia de angustia en los
sueños es explicada por la participación de la censura inconsciente que
se opone a la realización del deseo. Cuanto más fuerte es la censura en
el sueño, más angustiosos aparece este, como en el caso de las
pesadillas.
El
sueño en su forma manifiesta puede presentarse de múltiples manera,
como ha sido expuesto por otros psicólogos y la misma cultura popular.
Puede aparecer como una premonición, un aviso, una censura, la
presentación de un proyecto, intentos de resolver un problema, etc.
Sin
embargo en su contenido latente, siempre se relaciona con la
realización de un deseo; deseo que ha sido transformado por la acción
del trabajo del sueño en el contenido manifiesto y su forma particular.
Un
concepto que introduce Freud en la interpretación de los sueños es el
de "restos diurnos", para referirse a una parte del contenido latente
que se relaciona con acontecimientos de la vida del sujeto, al igual que
en los niños ocurrían cosas que le frustraban, de modo que esas
insatisfacciones estimulan al deseo inconsciente a la base del sueño.
Esas
insatisfacciones actuales de la vida del sujeto se incorporan al sueño
estimulando el deseo inconsciente de tipo infantil. Otras veces, el
deseo infantil es el que hace que el sujeto, inconscientemente
seleccione los acontecimientos de su vida que incorporará a su sueño.
E) El simbolismo en el sueño:
Aunque
Freud, inicialmente, y aún hoy en día muchos psicoanalistas se oponen a
la interpretación universal de una correspondencia automática entre los
símbolos del contenido manifiesto del sueño y su significado latente;
el mismo llegó a admitir tal correspondencia en determinados casos; pero
siempre combinándola y postergándola al método de la asociación libre.
La influencia de las investigaciones antropológicas, y quizás la propia
influencia de sus discípulos iniciales (p.e Jung) le llevaron a esta
solución de compromiso. Lo llamativo es que hoy en día muchos
psicoanalistas que pretenden un fiel retorno a Freud, rechazan esta
actitud freudiana, y niegan el papel de los símbolos universales en
determinados casos.
De
hecho, Freud, llegó a la conclusión de que en determinados casos hay
sueños prototípicos que pueden interpretarse por su correspondencia
simbólica; pero solo cuando el sujeto del sueño es incapaz de asociar
libremente sobre el contenido del mismo. Es decir el simbolismo aparece
como un método auxiliar a la asociación libre, cuando esta se ve
dificultada.
En
esta línea, Freud expone una serie de correspondencia de símbolos y
órganos sexuales; como por ejemplo los objetos del contenido manifiesto
alargados, que perforan o que se elevan y los órganos sexuales
masculinos o la actividad sexual masculina; o la relación entre los
objetos con cavidad y salientes con los órganos sexuales femeninos.
F) Aspectos problemáticos de la teoría psicoanalítica de los sueños y respuesta de Freud a estos problemas:
Uno
de los puntos que Freud sostuvo de manera más persistente, a pesar de
las numerosas críticas, es que los sueños son realizaciones de deseos.
En el mundo alucinatorio de la fantasía onírica satisfacemos lo que no
podemos en la realidad.
A
los problemas de los sueños desagradables, las pesadillas, etc. que
parecen contradecir la realización de un deseo, Freud argumenta que a
nivel manifiesto presentan estos rasgos angustiosos, pero que teniendo
en cuenta de que no hay que confundirlo con el contenido latente del
deseo inconsciente, estos han sufrido esas transformaciones. Cuando el
sujeto ha experimentado un intenso deseo latente que ha sido censurado
por los mecanismos de trabajo del sueño, y no ha sido suficiente su
represión o transformación se han añadido una fuerte ansiedad que
refleja por un lado la fuerza del deseo y por otro la de la censura, que
puede llegar a despertarlo como reacción defensiva.
Los
sueños, al igual que los síntomas, son formaciones de compromiso. El yo
al percibir el peligro del deseo del ello inconsciente, responde con
angustia, y esta angustia sirve como señal para movilizar los recursos
defensivos, que pueden llegar a despertar al sujeto bruscamente.
Otro
problema importante son los casos de sueños de compulsión a la
repetición, como los que se observan tras sucesos trágicos y traumáticos
como accidentes, neurosis de guerras y otros traumas. Estos sueños
presentan una noche tras otra, fragmentos angustiosos de la experiencia
traumática.
Por
primera vez, Freud (1920) llegó a admitir una excepción a la
realización de deseos, e introduce el principio de compulsión a la
repetición. Hay que tener en cuenta de que Freud, fue modificando su
teoría progresivamente a lo largo del tiempo. El, sin embargo considera
este caso como una excepción a la que trata de quitar importancia. De
hecho, posteriormente propuso que los sueños más que una realización de
deseos son un intento de realización de deseos. Las pesadillas de las
neurosis de guerra por lo tanto eran fallos en el intento de satisfacer
el deseo de controlar la realidad abrumadora desagradable.
En
su obra de 1920, Más allá del principio de placer, Freud introduce una
reformulación capital de su teoría pulsional. En este momento concibe
las pulsiones inconscientes como remitiendo a dos clases: las pulsiones
anabólicas (incluidas la sexual y la de auto-conservación) y las
catabólicas (pulsiones de muerte o destructivas contra uno mismo o los
demás). A pesar de esto, no introdujo esa dicotomía en su teoría de los
sueños; sino que se limitó a abandonar el significado consensuado de
deseo. El deseo sería la expresión de la pulsión anabólica o catabólica,
de placer o de destrucción-agresión.
1.2. Método de interpretación: la asociación libre
A) Cómo se interpretan los sueños:
La
interpretación de los sueños se concibe a menudo como el reverso del
trabajo del sueño. El trabajo del sueño como se apuntó consistía en la
actividad de la censura sobre el contenido latente del mismo y su
revisión secundaria. Interpretar el sueño consiste en desplegar mediante
la asociación libre el contenido latente, la expresión del deseo
inconsciente a partir del contenido manifiesto del relato y recuerdo del
sueño.
- 1º Paso: Consiste en tener, obviamente un sueño, recordarlo o registrarlo lo más fielmente posible, teniendo en cuenta la censura/resistencia consciente e inconsciente que conlleva esa tarea. Hay que intentar no hacer ningún esfuerzo por adornarlo ni censurarlo.
- 2º Paso: Si se desea hacer una interpretación del sueño a nivel por parte del terapeuta, este debe tener un conocimiento de la persona del soñador y su problemática, así como de las personas y lugares a los que el sueño hace alusión. De esta manera el sueño queda contextualizado y remitido a la vida del soñador. A esta labor se le llama de preparación o preámbulo.
- 3º Paso: Es el punto más innovador del método freudiano de la interpretación de los sueños. Consiste en segmentar el material del sueño siguiendo una regla más o menos razonable (por ejemplo, frase por frase) y se practica la asociación libre por cada segmento. La asociación libre es la regla básica del trabajo psicoanalítico y consiste en instruir al paciente en que diga absolutamente todo lo que se le viniera a la cabeza sin autocensura; aunque como sabemos antes o después aparecerá la censura y la resistencia, con lo que posiblemente habrá que trabajarla también en el proceso psicoanalítico.
Una
vez que se ha comenzado a asociar libremente o a escribir
automáticamente o grabar en cassete los propios sueños, y parece que
hemos llegado a un punto en que no se nos ocurre mas asociaciones a
nosotros o al paciente, pasamos a asociar con la siguiente frase, y así
hasta el final de las frases en que hemos descompuesto el sueño. A
medida que se va asociando libremente se obtienen tomas de conciencia
rudimentaria, que se pueden ir elaborando y correlacionando con otros
aspectos de la vida del soñador hasta que tenemos una comprensión más
profunda de su actividad inconsciente.
Se
supone que con la asociación libre se permite que la actividad mental
sea lo más acrítica posible y despliegue la cadena de significantes del
deseo inconsciente oculto.
Lagache
(1986) afirma que el método de fragmentación de los sueños no se
utiliza actualmente, y el analista se limita a provocar asociaciones de
ideas de ciertos puntos del sueño que le parecen importante. En general
se trata de captar el sentido del sueño en el contexto del proceso
analítico general y las asociaciones sobre la vida diaria, el estado
corporal, el pasado y la infancia. La interpretación de un sueño queda
subordinada a la evolución del análisis. Con estas indicaciones quedan
desalentadas la interpretaciones de los propios sueños fuera del
contexto psicoanalítico; al menos mientras hablemos de psicoanálisis
propiamente dicho.
B) El empleo de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis:
Freud
en su escrito "El empleo de la interpretación de los sueños en
psicoanálisis" de 1912 expone una guía de como se ha de utilizar la
interpretación de los sueños en el psicoanálisis:
En
el psicoanálisis de un paciente el terapeuta nunca debe anteponer su
interés en la interpretación de los sueños sobre el conocimiento de los
problemas, conflictos y resistencias del paciente. Esto quiere decir que
solo trabajará con los sueños, cuando estos sean expuestos por el
paciente, y no solicitándolos a este; y además teniendo en cuenta el
papel que juegan estos en la misma relación terapéutica. El terapeuta
debe contentarse con la interpretación hecha en una sola sesión, sin
preocuparse si tal interpretación fue completa y ajustada, y la dejará
en suspenso hasta que el paciente no produzca nada en su labor general
de las asociaciones libres de la terapia psicoanalítica. Si aparecen
nuevos sueños, nos ocuparemos de ellos, aunque tengamos que abandonar
los anteriores.
Además
no hay que dar la impresión al enfermo de que la labor psicoanalítica
se remite a trabajar con los sueños, y que cuando no hay producción de
los mismos la labor analítica queda interrumpida por falta de los
mismos. La regla de atención flotante, hace que el analista no dé la
impresión de que el material de los sueños es más importante que las
otras asociaciones del sujeto, y solo trabaja con este material cuando
es el propio paciente quien lo expone. Esta indicación lleva a evitar el
efecto de que el paciente produzca la clase de sueño que el analista
espera que tenga, y que solo pudiera confirmar una teoría del propio
analista, pero que nada aportaría al enfermo en la resolución de su
conflicto. Con esta medida se desalienta que el terapeuta anime al
paciente a recabar por escrito o a grabar sus sueños fuera de la
terapia, pues antes o después aparecería el sesgo apuntado.
Estos son al menos los planteamientos dentro de un psicoanálisis freudiano.
Sin
embargo el mismo Freud a lo largo de su obra es contradictorio en esto,
y se permitió el analizar sueños por correspondencia de personas que se
lo enviaban, sin más detalles de sus vidas, como aparece reconocido en
su misma obra de Introducción al psicoanálisis. La conclusión es que con
cierta formación psicoanalítica es posible analizar interpretar los
sueños; aunque desde luego no alcance la calidad propia del proceso
psicoanalítico.
1.3. Caso Clínico:
Nos
remitiremos a exponer tres casos analizados por Freud, y seleccionados
de su obra de 1917, Introducción al psicoanálisis. En estos análisis se
combinan con mayor o menor preponderancia la asociación libre y la
interpretación simbólica, según las características de cada uno de
ellos.
1.
"Comenzaremos por un sueño que se compone tan sólo de dos breves
imágenes: Su tío fuma un cigarrillo a pesar de que era sábado--- Una
mujer le besa y ele acaricia como si fuera hijo suyo.
A
propósito de la primera imagen, el sujeto que es judío, nos comunica
que su tío, hombre piadoso, no ha cometido jamás, ni es, en general
capaz de cometer el pecado de fumar en sábado. La mujer que figura en la
segunda imagen le sugiere exclusivamente el recuerdo de su madre.
Existe
desde luego, una relación entre estas dos imágenes o ideas, pero a
primera vista no sospechamos cuál puede ser. Como el sujeto excluye en
absoluto la realidad del acto de su tío, nos inclinamos a reunir las dos
imágenes por una relación de dependencia temporal: En el caso de que mi
tío, tan piadoso, se decidiera a fumar un cigarrillo en sábado, podría
yo dejarme acariciar por mi madre. Esto significa que las caricias entre
madre e hijo constituyen algo tan poco permitido como para un judío el
fumar en sábado. Ya os he dicho y sin duda lo recordaréis que en la
elaboración del sueño todas las relaciones entre las ideas oníricas
quedan suprimidas, siendo éstas reducidas al estado de materia prima y
hallándose a cargo de la interpretación las relaciones desaparecidas."
2.
"Tras de mis publicaciones sobre los sueños he llegado a ser, hasta
cierto punto, un consultor oficial sobre todo lo relativo al fenómeno
onírico, y recibo, desde hace muchos años, cartas de las más diversas
procedencias, en las cuales se me comunican sueños o se me pide opinión
sobre ellos. Naturalmente, agradezco que se me envíen materiales
suficientes para hacer posible la interpretación o que se me propongan
por el sujeto de la misma. A esta categoría pertenece el sueño
siguiente, que me ha sido comunicado en 1910 por un estudiante de
medicina muniqués. Lo cito aquí para demostraros cuán difícil es, en
general, comprender un sueño mientras el sujeto del mismo no nos
proporciona todas las informaciones necesarias. Al mismo tiempo, voy a
evitaros incurrir en un grave error, pues sospecho que os halláis
inclinados a considerar como la interpretación ideal de los sueños
aquella que se base en la de los símbolos y a colocar en segundo plano
la técnica fundada en las asociaciones del sujeto.
13
de Julio de 1910: Cerca ya de la mañana sueño lo siguiente: Desciendo
en bicicleta por las calles de Tubinga y un basset negro (raza de perro)
se precipita tras de mí y me muerde en el talón. Bajo de la bicicleta
un poco más lejos, y sentándome en una gradería comienzo a defenderme
contra el furioso animal, que se niega a soltar su presa. Ni las
mordeduras ni la escena que le sigue me hace experimentar sensación
alguna desagradable. Frente a mí se hallan sentadas dos señoras de edad
que me miran con aire burlón. Al llegar el sueño a este punto me
despierto, y como ya me he ha sucedido más de una vez, en el mismo
momento de pasar del sueño al estado de vigilia, todo mi sueño se me
aparece con perfecta claridad.
Los
símbolos nos prestarían aquí muy escaso auxilio. Pero el sujeto nos
comunica lo siguiente: Desde hace algún tiempo estoy enamorado de una
muchacha que no conozco sino por haberla encontrado a menudo en la
calle, aunque no he tenido jamás ocasión de aproximarme a ella. Me
hubiera satisfecho grandemente que en esta ocasión me hubiese sido
proporcionada por el basset, pues tengo gran cariño a los animales y
creo haber adivinado el mismo sentimiento en la muchacha
Añade
después que este cariño a los animales le ha llevado a intervenir
varias veces, causando la sorpresa de los transeúntes, para separar a
perros que se peleaban, y nos dice también que la muchacha de la que se
había enamorado iba siempre acompañada por un perro como el de su sueño.
Pero el contenido manifiesto de este último desaparece la joven y sólo
queda el perro asociado a su aparición. Es posible que las señoras que
en el sueño se burlan del durmiente constituyan una sustitución de la
muchacha, pero las informaciones del sujeto no bastan para aclarar este
punto. El hecho de verse en el sueño montado en bicicleta constituye la
reproducción directa de la situación recordada, pues en la realidad las
veces que había hallado en su camino a la joven del basset iba él en
bicicleta."
3.
"Ya varias veces hemos intentado abordar aquellos sueños sobrios y
triviales que no contienen nada absurdo o extraño, pero que nos hace
preguntarnos porque razón soñamos cosas tan indiferentes. Voy a citaros
un nuevo ejemplo de este género: tres sueños enlazados unos con otros y
soñador por una muchacha en una misma noche
- a) Atraviesa el salón de su casa y se da con la cabeza contra la araña que pende del techo, haciéndose sangre. Ningún recuerdo ni reminiscencia del suceso alguno real surgen a propósito de este sueño en la imaginación de la sujeto, y las indicaciones que ésta nos proporciona versan sobre temas muy diferentes. No sabéis--nos dice--cómo se me está cayendo el pelo en estos días. Mi madre me dijo ayer que si continuaba así, mi cabeza me quedaría pronto tan monda como un trasero. La cabeza aparece, pues, aquí como un símbolo de la parte opuesta del cuerpo, y siendo también evidente la significación simbólica de la araña, dado que todos los objetos alargados son símbolos del órgano sexual masculino, habremos de deducir que se trata de una hemorragia en la parte inferior del tronco a consecuencia de una herida causada por el pene. Esta circunstancia podría interpretarse en varios sentidos, pero las restantes informaciones de la sujeto nos muestra que el contenido latente de su sueño es la creencia, muy generalizada en las muchachas aún no llegadas a la pubertad, de que las reglas son provocadas por las relaciones sexuales con el hombre.
- b) Ve en la viña una fosa profunda que sabe proviene de haber arrancado un árbol. A este propósito observa la sujeto que le faltaba el árbol. Quiere decir con esto que no lo vio en su sueño, pero este modo de expresarse es idéntico al que serviría para manifestar una distinta idea que la interpretación simbólica nos revela con toda certidumbre. El sueño, se refiere en efecto, a otra teoría sexual infantil, según la cual las niñas poseen en principio los mismos órganos sexuales que los niños, perdiéndolos después por castración (arrancamiento del árbol)
- c) Se halla ante el cajón de su escritorio cuyo contenido le es tan familiar que nota enseguida la menor intervención de una mano ajena El cajón de escritorio, es como todo cajón, caja o arca, la representación simbólica del órgano sexual femenino. La sujeto sabe que las huellas de las relaciones sexuales (según su creencia también en los tocamientos) son fácilmente reconocibles, creencia que le ha procurado grandes preocupaciones. A mi juicio lo más importante de estos tres sueños son
los
conocimientos sexuales de la sujeto, la cual recuerda la época de sus
reflexiones infantiles sobre los misterios de la vida sexual."
Para terminar, no queremos dejar pasar la siguiente observación de Freud en esta misma obra:
"Habéis
sin duda oído decir que, según el psicoanálisis todos los sueños tienen
una significación sexual, pero ahora podréis observar por vosotros
mismos hasta qué punto este juicio es equivocado. Conocéis ya sueños que
son realizaciones de deseos, otros en los que se trata de la
satisfacción de las necesidades más fundamentales, como el hambre la sed
y el ansia de libertad y, por último, los que hemos denominado sueños
de comodidad y de impaciencia, y otros puramente avariciosos o egoístas.
Lo que sí es indiscutible y debéis tener siempre presente como uno de
los resultados de la investigación psicoanalítica es que los sueños que
parecen considerablemente deformados son en su mayoría---aunque tampoco
siempre---la expresión de deseos sexuales."
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