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La interpretación analítica de Jung (1)
Juan José Ruiz Sánchez
Carl G. Jung
Carl
Gustav Jung nació en Kesswil (Suiza) el 26 de Julio de 1875 y murió en
1961, a la edad de 85 años. En su juventud de sintió atraído por la
filosofía y la literatura, especialmente de Pitágoras, Empedocles,
Pitágoras, Heráclito, Platón, Kant y Goethe. Pero su mayor
descubrimiento lo encontró en la obra de Schopenhauer. Estaba de acuerdo
con el irracionalismo que este autor otorgaba a la naturaleza humana,
pero no con las soluciones que este daba.
Estudió
medicina, y tras leer casualmente una obra del psiquiatra Kraff-Ebing
se dedica a la psiquiatría. En 1900 pasa a trabajar en la clínica de
Burgholzli de Zurich como ayudante de Eugen Bleuler, ya famoso
psiquiatra por su concepción de la esquizofrenia. A petición de Bleuler
estudia y defiende la obra de Freud "La interpretación de los sueños" en
diversos círculos médicos donde había sido duramente criticada. Sus
argumentos los basa en sus estudios de la asociación de palabras como
detectores de complejos personales. Esto le aportó las simpatías de
Freud, y fue invitado al círculo de sus colaboradores. Desde 1900 a 1907
continuó su trabajo en la clínica de Bleuler, donde desarrollo sus
estudios sobre la asociación de palabras, escribió un manual clásico
sobre la esquizofrenia y se constituyo como seguidor de Freud. En esta
época intenta aplicar las teorías freudianas a los pacientes
esquizofrénicos, no encontrando conformación de etiología sexual. A
pesar de que esto le motivo a cuestionar ya la teoría freudiana continuó
su colaboración con Freud. De hecho Jung fue el primer presidente de la
Asociación Psicoanalítica, fundada por Freud en 1910, hasta 1914 cuando
renunció al movimiento psicoanalítico. Jung estaba de acuerdo con Freud
en la importancia del inconsciente, pero no en la concepción del mismo.
Para Jung la teoría de la libido sexual de Freud era restrictiva e
incompleta. La libido más bien era el conjunto de energía vital
(concepto que tomó de Enrí Bergson) indiferenciada, que contenía entre
otras motivaciones a la sexual. Además junto al inconsciente personal
existe en la psique humana el inconsciente colectivo o universal, que
contenía el conjunto de la herencia espiritual de la evolución de la
humanidad. Con esta concepción Jung reintroduce en psicología de nuevo
al alma entendida psíquicamente.
Ya
en la obra de Jung "Transformaciones y símbolos de la libido" aparece
esta concepción de lo inconsciente, que pone punto y final a su relación
con Freud. Jung comenta que Freud le pidió ser fiel a su teoría sexual
(de manera similar a como hiciera con Adler) y no abandonarse al estudio
del "obscurantismo" . Precisamente en el estudio del "obscurantismo"
(inconsciente colectivo) fue donde Jung encontró los elementos para su
nueva psicología.
Tras
la ruptura con Freud siguió sus estudios, viajes a antiguas culturas y
práctica privada de la psiquiatría y la psicoterapia. Sus estudios se
continuaron con la exploración de su propio inconsciente, a través de
distintos sueños "premonitorios" y "simbólicos”, que le hicieron temer
inicialmente desembocar en una psicosis, para reconfigurar sus
experiencias como expresiones del inconsciente colectivo. Sus
posteriores estudios se centraron en el descubrimiento del simbolismo y
los arquetipos del inconsciente colectivo en áreas tan diversas como la
psicoterapia, la psiquiatría, los sueños, la alquimia (a la que dedico
una gran dedicación y aprecio), la historia de las religiones , la
mitología, los platillos volantes y la parapsicología. La concepción de
Jung de la libido y el inconsciente se postula alrededor de una especie
de energía indiferenciada que es la base de las funciones psíquicas . La
mente no se regula por los principios de placer-dolor sino por la
"individuación" o síntesis de polaridades de fuerzas
conscientes-inconscientes, la conservación de la energía y la entropía.
La
psicología de Jung, llamada "psicología analítica", gira en torno al
estudio de las polaridades y su integración y al inconsciente colectivo
como fuente potencial del crecimiento humano . Entre las principales
obras de Jung se encuentran: "Recuerdos, sueños y pensamientos", "Tipos
psicológicos”, "Psicología y religión", "Psicología y alquimia", "La
interpretación de la naturaleza de la psique" , "La práctica de la
psicoterapia", "El hombre y sus símbolos" . La obra completa de Jung ha
sido recogida recientemente en 12 volúmenes (Editorial Trotta). Para el
estudio de los sueños en Jung, la obra capital es "Mysterium
Coniunctionis".
3.1. Teoría de la mente y los sueños
A) LA ESTRUCTURA DE LA MENTE
En el modelo de Jung la psique consta de tres partes: la conciencia, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.
La conciencia
tiene un papel secundario respecto a los dos inconscientes. Su función
fundamental es servir al sujeto para adaptarse al ambiente. El "ego" es
la parte central de la conciencia y tiene la función de otorgar el
sentido de continuidad e identidad personal a través de la vida, el
sentido de "si-mismo". Esta parte de la mente, que es la conciencia, es
la única parte que el individuo conoce directamente. El Yo (ego) por lo
tanto no es idéntico a la totalidad de la Psique. Esta actividad yoica
organiza la actividad consciente que consta de pensamientos, recuerdos,
percepciones y sentimientos conscientes.
Además
el yo juega el papel de guardián del umbral de la conciencia, de modo
de que todo lo que no entre en su actividad permanece inconsciente. El
papel selectivo del yo permite que el individuo mantenga su sentido de
identidad y continuidad personal, pues a través de la selección y
eliminación de ciertos materiales psíquicos el sujeto se siente
organizado y portador de una identidad, identidad que se vería amenazada
por la irrupción de la psicosis y la desorganización personal si la
función del yo desapareciera por completo. Sin embargo las funciones del
yo cuando son en exceso preponderantes, desequilibran la homeostasis
con los elementos inconscientes de la psique, y producen determinados
trastornos psicológicos como las neurosis.
El inconsciente personal
abarca aquellos aspectos de la mente que han sido reprimidos y los
recuerdos aparentemente olvidados. También contiene las funciones de la
"percepción subliminal" y la actividad de los sueños y fantasías
relacionadas con recuerdos, deseos y experiencias personales reprimidas u
olvidadas. Jung, en este aspecto del inconsciente personal subscribe
parcialmente la concepción de Freud.
El
inconsciente personal no se caracteriza Jung por tener solo una carga
sexual y/o agresiva. Este punto lo aclara en una concepción de la Libido
distinta a la freudiana. La libido o energía psíquica inconsciente que
guía las motivaciones humanas tiene para Freud una finalidad sexual,
mientras que para Jung tiene un componente indiferenciado al estilo de
la energía vital (elan vital) de Henri Bergson . La libido para Jung es
una energía vital indiferenciada, el soplo de la misma "alma", concebida
psicológicamente. También, el inconsciente personal, puede contener
experiencias personales olvidadas o reprimidas por otras motivaciones, y
sobretodo en su actividad destacan los "Complejos". El inconsciente
personal, a diferencia de los procesos conscientes que pueden ser
conocidos directamente al percatarnos de ellos, solo puede ser inferido a
través de ciertas actividades humanas como los síntomas, los complejos y
los símbolos. Jung propuso que su "test de asociación de palabras"
puede detectar los complejos vinculados al inconsciente personal (Freud
lo tubo en cuenta, en la época en que ambos colaboraron, pero lo relegó a
segundo plano frente a su método de "asociación libre"). En el método
de la asociación de palabras se le pide al sujeto que conteste a una
palabra, de una lista de unas cien palabras, con la primera que se le
venga a la mente. El examinador toma nota de la respuesta junto al
tiempo que se tarda en responder. Si el sujeto no percibe
inconscientemente que la palabra estímulo no se relaciona con ningún
complejo (ver apartado de los complejos) este responderá rápidamente con
alguna otra palabra.
Jung
consideró que determinadas respuestas indican la presencia de un
complejo emocional : (1) una reacción retardada , (2) respuestas
múltiples (el sujeto emplea varias palabras como indicador de no control
de su respuesta, que intenta ocultar ), (3) respuestas personales (p.e
ante la palabra estímulo se responde : bailar--->la amo ,
azar---->no creo en el) , (4) la perseveración (dar las mismas
respuestas ante palabras estímulos muy variadas ) , (5) responder con
una asociación superficial (p.e casarse---->casado) , (6) repetir la
misma palabra del estímulo , (7) la absoluta imposibilidad de responder
(el indicador más fuerte de la presencia de un complejo ) , (8)
indicadores de pobre reproducción (cuando en una segunda pasada del test
hay más de un 20% de respuestas diferentes puede estar presente un
complejo) y (9) la presencia de respuestas emocionales al test como el
tartamudeo, el carraspeo, sonrojarse, sorpresa, cambios frecuentes de
postura y otras reacciones . La concepción del inconsciente personal se
basa en la teoría de los complejos, y difiere de la freudiana, en cuanto
al papel autónomo que tienen estos en la concepción de Jung. En el
apartado de los complejos nos extenderemos en este punto.
La tercera región de la psique, el inconsciente colectivo,
es la más importante en la vida del sujeto. Es el substrato más
profundo de la mente, presente en todos los individuos desde su
nacimiento. Conforma la dimensión objetiva de la psique (frente a la
subjetiva del inconsciente personal) , al contener la experiencia humana
de las generaciones de la humanidad . El inconsciente colectivo está
dotado de propósito e intencionalidad, cuya fuerza energética reposa en
elementos primordiales o arcaicos, llamados "arquetipos" . Esta región
de la mente jamás puede enfermar, ya que contiene las experiencias y los
mensajes primordiales de la humanidad. Por otro lado el inconsciente
colectivo no deriva de las experiencias ambientales y personales del
sujeto.
B) LA LIBIDO
En
1912 Jung publicó sus ideas relativas en la libido en sus libros
"Transformación y símbolos de la libido" y "La psicología del
inconsciente", obras que marcaban sus diferencias y ruptura con Freud.
La libido suponía la totalidad de la energía psíquica indiferenciada, de
manera similar al "elan vital" de Henri Bergson. La energía general de
la vida, que subyace a los procesos físicos y mentales del hombre,
constituyen su libido. La conducta humana no está determinada por la
libido sexual de Freud, ni por la compensación del sentimiento de
inferioridad de Adler. Solo existe la "energía vital indiferenciada" que
como fuerza motriz de la conducta puede adoptar la forma de persecución
del placer sexual, lucha por la superioridad, la creación artística u
otros fines.
La
finalidad de la energía vital es fundamentalmente proporcionar la
conservación y la continuidad de la especie humana. Una vez satisfechas
las necesidades de supervivencia de origen biológico, la energía vital
puede ser canalizada hacia otros fines como las producciones culturales o
creativas del sujeto.
El
"principio de los opuestos" o dialéctica interna de la psique, rige la
actividad de la libido, es la ley inherente a la actividad humana. La
mente es un sistema que se auto-regula en base a la lucha entre
tendencias opuestas. Existe una función reguladora de los opuestos
llamada "Enantiodromía" (entropía) que para Jung es la ley fundamental y
a la base de todo el funcionamiento psicológico. Este principio de la
entropía fue descubierto por el filósofo griego Heráclito, al que Jung
estudió profundamente, y llega hasta Hegel en su dialéctica. La energía
psíquica es el resultado de una lucha entre actividades opuestas,
consciente versus inconsciente, el calor frente al frío, etc. Cuanto
mayor es el conflicto y la oposición entre los opuestos, mayor es la
energía liberada. La energía mental además sigue el principio de
conservación o "equivalencia" que establece que la falta o ausencia de
energía en una región psíquica se hará presente en otra área o actividad
mental. Otra ley relacionada es la "entropía" que establece que si una
parte de la mente o la personalidad se haya cargada de una gran cantidad
de libido y otra con poca cantidad, esta irá de la primera a la
segunda.
Cuando
en la mente existe un equilibrio entre la energía de sus regiones,
estando las fuerzas opuestas equilibradas, hay un movimiento de
"progresión" suave de la actividad psíquica desde los niveles
inconscientes a los más conscientes, experimentando el sujeto un
sentimiento de bienestar y felicidad llamado "sentimiento vital”. El
desequilibrio produciría un proceso contrario de "regresión" y malestar
subjetivo. En este caso la actividad inconsciente invade las capas de la
conciencia en explosiones afectivas difíciles de manejar y asimilar. El
movimiento regresivo supone un fallo de la regulación consciente ya sea
por un exceso de represión o no atención suficiente para captar y
simbolizar los procesos inconscientes en marcha, se produce una
intensificación de los contenidos inconscientes personales y/o
colectivos. Esto puede llevar a la neurosis, si opera un exceso de la
represión o de la psicosis si se interrumpe la regulación consciente e
irrumpen los simbolismos arcaicos del inconsciente colectivo. El
movimiento regresivo puede tener sin embargo aspectos positivos si el
sujeto intenta reajustar su armonía de la entropía reintegrando los
aspectos inconscientes que han surgido en esta experiencia, como parece
que vivió el mismo Jung al observar sus propios sueños y profecías
espontáneas sobre la primera guerra mundial.
El
gran problema de la psicología para Jung, es la reintegración de los
contrarios, siguiendo la ley de la termodinámica de la entropía, cual
proceso "alquímico". En su libro "Psicología y alquimia" (1944) se
ocupa, entre otros temas de cómo integrar el mal (Satán), asimilándolo
en la "experiencia numinosa" . El conflicto interior de la psique y de
las experiencias humanas como actividades de esta, entre el consciente
versus el inconsciente, el bien frente al mal de las religiosas, y otros
conflictos humanos, solo puede ser superado integrando los opuestos.
Integrando
la psique inconsciente con la consciente, especialmente atendiendo a
los mensajes del inconsciente colectivo, se logra esa experiencia
(numinosa) de asimilación entre los opuestos. Los opuestos representan
el drama humano, drama que tiene su raíz y su solución en los mensajes
de la libido del inconsciente colectivo.
El
principio de los opuestos posibilita la comprensión de toda forma de
vida como una lucha de fuerza antagónicas (Rubino, 1995). Las grandes
cosmovisiones de la humanidad se basan en este principio: la lucha del
bien contra el mal, el Ying y el Yang, lo masculino frente a lo
femenino, lo consciente versus lo inconsciente, la alquimia y su
filosofía hermética, etc. La libido expresa este principio de los
opuestos, y es regulada por el mismo. La energía vital de la libido
contiene un potencial de mensajes para el propio sujeto que le aportan
soluciones para los problemas vitales, problemas que ya vivieron otras
generaciones y que se encuentran en los arquetipos del inconsciente
colectivo.
C) LOS COMPLEJOS DEL INCONSCIENTE PERSONAL
Un
complejo es la imagen de cierta situación psíquica que tiene una fuerte
carga emocional y que además es incompatible con la actitud normal de
la conciencia.
La vía regia al inconsciente personal, dice Jung, no es el sueño como suponía Freud, sino el complejo.
Los
complejos interfieren las intenciones y voluntad consciente, producen
alteraciones en la memoria y bloquea el flujo de las asociaciones (p.e
test de asociación). Aparecen y desaparecen regidos por sus propias
leyes. Influyen de manera inconsciente y se comportan como entidades
independientes.
La
etiología frecuente de los complejos se encuentra en los traumas o
shocks emocionales. Producen el conflicto moral que aparece entre el yo y
el inconsciente personal, en los deseos y motivaciones ajenas a la
voluntad y la razón consciente.
Tener
complejos no se identifica necesariamente con la aparición de una
neurosis, aunque tengan una presentación dolorosa. El sufrimiento forma
parte de la naturaleza humana, el polo opuesto a la felicidad.
Experimentar
un complejo es tener en cuenta la presencia de que estamos ante la
presencia de una parte de nuestra psique que no es asimilada y elaborada
adecuadamente. Un complejo solo se vuelve patológico cuando lo negamos y
pensamos que no lo tenemos. Los complejos se superan asimilándolos al
vivirlos completamente, atrayéndolos hacia nosotros, percatándonos en
sentido pleno de los mismos.
Para
Freud el complejo es una cierta cantidad de energía vinculada a un
deseo inconsciente (p.e "Complejo de Edipo" y "Complejo de Electra").
Jung acepta lo expuesto por Freud, pero va aún más lejos en su propuesta
de los complejos. Les otorga "vida autónoma" dentro del inconsciente
personal. Conforman una especie de entidades independientes y
constelaciones que se activan por regiones, de manera autónoma. Los
complejos pueden irrumpir en los sueños en forma de disfraz de
caracteres, experimentando eventos o roles independiente a su voluntad
Cuando
un complejo está muy aislado del resto de los complejos del
inconsciente personal, la salud mental se ve comprometida. Igualmente
los complejos pueden reactivar los niveles más profundos del
inconsciente personal, activando los arquetipos de este otro
inconsciente, de modo que puede aparecer la psicosis.
Uno
de los complejos más frecuentes es la "persona" (en latín significa
máscara). Cada sujeto representa diferentes roles y papeles en la vida
(padre, empleado, esposo, etc.), asumiendo esas máscaras. Otro
importante complejo es "la sombra”. La sombra contiene los deseos y
necesidades que no pueden ser aprobadas por el yo consciente. Viene a
ser como una personalidad, dentro de la misma personalidad. La sombra
representa los impulsos sexuales y agresivos olvidados o reprimidos.
Posee su propia energía psíquica y puede llevar al sujeto a realizar
actos peligrosos o irresponsable a los ojos de otros. Un rasgo básico de
la sombra, es la "proyección”. Solemos atribuir a las otras personas,
las cualidades malignas y rechazadas en nosotros mismos, aspectos que
conscientemente no reconocemos. La sombra es lo más opuesto al
"ego"(yo). La sombra de los hombres, además suelen adoptar una forma
femenina ("anima") frente a su ego consciente masculino, y en las
mujeres la sombra adopta el rasgo masculino ("animus"). La mente de los
hombres y mujeres tienen elementos inconscientes opuestos a los de su
ego, partes masculinas y femeninas ocultas.
En
las actividades donde desciende el nivel de conciencia, como pueden ser
ejemplos, los estados hipnóticos, los sueños o el éxtasis artísticos,
emergen los complejos del inconsciente personal con actividad propia y
autónoma.
Todo
complejo consta de: (1) un elemento nuclear significativo, consciente y
autónomo, y de (2) asociaciones determinadas vinculadas entre sí por
una tonalidad afectiva. Jung adaptó el test de asociación de palabras
del psicólogo Wundt al estudio de los complejos, como ya expusimos al
hablar de la estructura de la mente.
D) EL INCONSCIENTE COLECTIVO Y LOS ARQUETIPOS
El
inconsciente colectivo es la región de la estructura de la mente más
profunda y de mayor importancia para Jung. Es la fuente de toda la
energía psíquica, incluida la consciencia, y es la parte básica de la
libido. Posibilita que el sujeto se ponga en contacto con las fuerzas
cósmicas supra-individual (No en vano se ha considerado a Jung como el
primer psicólogo transpersonal). Contiene toda la herencia espiritual de
la evolución de la humanidad, las grandes "imágenes primordiales" de
como las cosas han sido para la humanidad, y aparece nuevamente en la
estructura cerebral de los sujetos. El inconsciente "objetivo" es el
inconsciente colectivo, al contener la misma información heredada para
todos los sujetos, frente al inconsciente personal que es de tipo
"subjetivo" al contener las experiencias y deseos personales de la vida
particular de cada uno.
Las
imágenes primordiales son los "arquetipos”. Los arquetipos, los define
Jung, como formas o imágenes de naturaleza colectiva, que dan casi
universalmente como constituyentes de los mitos y, al propio tiempo,
como productos individuales autóctonos de origen inconsciente. Los
arquetipos son los patrones fundamentales de la formación de símbolos
que se repiten en los contenidos de las mitologías de todos los pueblos
de la historia de la humanidad. De los arquetipos dependen las últimas y
más profundas motivaciones de la mente y la conducta humana individual y
colectiva. Las pautas culturales en última instancia dependen de los
arquetipos. Son los substratos universales y perennes de toda la vida
psicológica individual y colectiva. El núcleo central de los
significados contenidos en los arquetipos no son definibles por ser
esencialmente inconsciente, por lo que solo se pueden circunscribir la
forma de sus contornos a través de los mitos, leyendas, religiones y
otras actividades humanas colectivas e históricas.
A
menudo se ha criticado la idea de arquetipo en Jung como un intento de
reintroducir el concepto de "ideas innatas" en psicología. En la
concepción de Jung, los arquetipos no se refieren tanto a contenidos
específicos de la mente, sino más bien a tendencias dominantes que
estructuran intrínsecamente la mente inconsciente . De este modo se
entiende, pongamos por caso, la existencia de diferentes religiones pero
con arquetipos o "imágenes primordiales" similares. Lo que se hereda en
los arquetipos son los patrones subyacentes a la formación de símbolos,
no los mismos símbolos. Los símbolos, expresan conscientemente la parte
de configuración de los arquetipos inconscientes subyacentes. Las
imágenes y las ideas en las que se expresan los arquetipos, que son los
patrones fundamentales en la formación de símbolos, se manifiestan en
una gama simbólica que barca experiencias tan diversas como los sueños,
el arte, las mitologías y religiones, las llamadas experiencias
"paranormales" y gran infinidad de actividad humana .
Jung
identifica varios arquetipos en la humanidad. Entre estos están el
arquetipo de Dios . A partir de la adoración al dios-sol que da calor y
luz, las religiones han simbolizado de manera distinta a Dios. Para Jung
el hecho de que existan los arquetipos como universales inconscientes,
no determina la no existencia real de lo simbolizado en los mismos. El
arquetipo del héroe o de Dios, no niega o afirma la existencia misma de
los héroes o de Dios. El problema para Jung, no era confirmar o negar
los símbolos como algo con realidad externa a la mente, sino como la
mente ya lleva pre-configurada la posibilidad de creación de símbolos a
partir de los arquetipos del inconsciente colectivo. Jung estaba
interesado por las expresiones universales de la mente, no por el
misticismo ajeno a esta.
En
la obra de Jung se hace referencia a múltiples arquetipos como es el
héroe niño, representado por Moisés salvado de las aguas, Jesús ocultado
por José y María, etc. el arquetipo del viejo mago que representa la
sabiduría de la experiencia pasada, el arquetipo del nacimiento, de la
madre, etc.
Carl
Jung había llegado a su concepción del inconsciente colectivo y sus
rasgos dominantes de los arquetipos a través de diversas fuentes
(Rubino, 1995):
- 1º. Los restos arcaicos y las proto-fantasías de las personas
- 2º. El estudio de las representaciones colectivas y mitologías
- 3º. El estudio de los filósofos como Heráclito, Schopenhauer, Carus y Cassirer
- 4º. El estudio de las "ciencias ocultas" como la alquimia, la parapsicología o la ufología (ovnis).
- 5º. El estudio de la "transferencia arquetipal" de contenido mítico.
E) LOS SÍMBOLOS
La
energía psíquica de la libido se utiliza primariamente para las
funciones de supervivencia. Una vez satisfechas estas necesidades, el
exceso de energía sobrante se utiliza en la formación de símbolos. El
símbolo no es como se supone una especie de metáfora que sustituye a
algo conocido. Los símbolos resultan de una condensación de varios
elementos que aportan analogías o representaciones del inconsciente,
formando complejos. En suma, el símbolo puede entenderse como una
representación de un complejo. Es el complejo proyectado en forma de
imagen.
Es
importante destacar que el símbolo es una unidad sintética de
significado entre dos polos opuestos: lo manifiesto y lo oculto. Tras su
sentido objetivo y visible se oculta otro sentido invisible más
profundo. Lo simbólico se puede expresar tanto en el arte gráfico o
artístico como en las formas dinámicas de las fantasías, las visiones y
los sueños. Otra función de los símbolos es unir a través de sus
imágenes la vida consciente e inconsciente del individuo, a modo de
integración. Por último el símbolo puede también representar la
confluencia de los complejos del inconsciente personal y los arquetipos
del inconsciente colectivo: Por ejemplo, se puede considerar el símbolo
de la cruz como expresión del amor divino de Cristo, pero la
interpretación de la cruz, es simbólica, situándola por encima de todas
las explicaciones imaginables, como confluencia de los dos
inconscientes, y en el fondo como expresión de un arquetipo.
F) EL SELF O SI-MISMO
El
concepto del si-mismo deriva de otro concepto jungiano el de ánima. En
las primeras obras de Jung, el ánima era la parte oculta o "sombra" del
inconsciente femenino (cualidades femeninas) del hombre. En su últimas
obras cuando el ánima se hace consciente, es equiparada al proceso
alquimista (Jung era un gran estudioso de la alquimia), donde se unen
los elementos conscientes e inconscientes. Siempre que el individuo
promueve y saca a la luz, vivencialmente, su ánima, la personalidad
experimenta grandes y profundos cambios. El sí-mismo es el resultado de
la confluencia en la psique de la parte inconsciente del animal y la
conciencia. La armonía de la parte inconsciente y consciente del sujeto
se encuentra en el sí-mismo, verdadero núcleo de la entropía
psicológica.
Esta
integración de la personalidad está muy bien representada en la cultura
oriental por el símbolo de la "Mandala" que reviste la forma de un
cuadrado o círculo con un punto central. El mandala representa la
conciliación de lo opuesto, del bien (lo divino) y del mal (lo
demoniaco), de lo consciente y lo inconsciente del hombre. El punto
central de la mandala representa para Jung la meta del sí-mismo la
producción de un nuevo centro de la personalidad. Jung llegó a
identificar las visiones de los ovnis en su obra "Sobre cosas que se ven
en el cielo" con la necesidad del mandala que llevamos dentro. Los
mandalas vienen de la edad media, aunque se encuentran en los arquetipos
de todas las épocas. Los mandalas del cristianismo presentan a Cristo
en el centro con los cuatro evangelistas, o sus símbolos, en los puntos
cardinales. La astrología, en la que Jung también se interesó,
representa mandalas similares.
Los
distintos complejos de la personalidad pujan por imponerse, como
centros autónomos que son. Si uno de ellos se impone desequilibra la
psique, produciendo trastorno mental y conflictos internos. El
equilibrio solo se logra a través de la "individuación" atendiendo a los
distintos aspectos de la personalidad.
El
self (sí-mismo), hay que resaltar este punto, es lo opuesto al yo. El
yo es un complejo, en el que el "ego" es su parte más consciente. En
cambio el self es un arquetipo equilibrador de las partes conscientes e
inconscientes del sujeto. Aquí anotamos la influencia del concepto del
self en la psicología más actual como la constructivista y las nuevas
tendencias del psicoanálisis y la psicología humanista- experiencial. La
salud mental del sujeto equivale al proceso adecuado del self, que
atiende tanto a los elementos de la conciencia como a integrar
adecuadamente los aspectos relevantes del mundo inconsciente. Si las
experiencias del inconsciente no son adecuadamente atendidas y
simbolizadas se produce malestar emocional. En este punto Jung se
adelantó a los psicólogos humanistas como Rogers y la terapia gestalt .
G) LA INDIVIDUACIÓN
Se
denomina "individuación" al proceso por el que se facilita el
desarrollo de las diferentes partes de la personalidad. La meta de la
individuación es por un lado liberar al si-mismo de las falsas defensas
de la Persona (complejo de las mascaras o roles) y del otro del ánima
inconsciente y sus imágenes.
En
el proceso de individuación se logra una integración intermedia entre
el nivel consciente y el inconsciente, favoreciendo el desarrollo de la
personalidad. Jung rechaza las fases del desarrollo psicosexual de
Freud, al funcionar la libido en su modelo de modo diferente. Los
primeros años del niño, hasta los cinco, sirven para adquirir las
habilidades básicas de autoprotección, como el andar, caminar, hablar,
todas ellas encaminadas a sobrevivir . Alrededor de los cinco años la
libido se desplaza hacia los intereses sexuales. Hacia los veinte años
el individuo elige a su cónyuge, forma una familia y se establece en una
ocupación. Hasta entonces el individuo se ha volcado en el mundo
externo, en su modo de "extroversión". A la edad de los últimos treinta y
primeros cuarenta años, tiene lugar los grandes cambios. El individuo
se vuelve en "introversión" hacia los valores espirituales, religiosos o
morales. Si el individuo atiende a estos valores internos, gobernados
por sus arquetipos inconscientes, quizás tenga que abandonar en cierto
modo los estándares externos del éxito y las ganancias materiales, pero
aumentará su creatividad interior y su madurez psíquica.
El
concepto de individuación implica el equilibrio y armonización de la
psique, la búsqueda de la realización del propio ser como proceso
arquetipal (Rubino, 1995). La posibilidad de integrar la totalidad de lo
profundo, del inconsciente colectivo, se aparta de la concepción
freudiana del inconsciente reprimido y de la psicopatología , hacia la
opción de la creatividad y el desarrollo personal, la autorrealización.
Para los jungianos, la única posibilidad que tiene el hombre de salir de
la angustia y vacío del mundo moderno, es abrirse a los mensajes de
crecimiento personal que proporciona el inconsciente universal y
objetivo, los mensajes del inconsciente colectivo. La tragedia moderna
supone no ya una represión del deseo sexual como proponía Freud, sino
una "represión ontológica" (Rubino, 1995), que aparta al hombre y su
conciencia de la riqueza de su propio mundo interior creativo, de sus
propias capacidades y potencial de su inconsciente. El único camino es
apartarse de la ilusión (Maya) del mundo moderno y experimentar las
fuerzas "numinosas" (espirituales), las verdades universales y eternas,
que residen en su inconsciente colectivo. La psicoterapia, la
autoexploración y el análisis de los arquetipos en las mitologías y
acciones humanas, se convierten así en fuerzas de crecimiento personal y
colectivo.
H) ANIMA Y ANIMUS
En
su concepción inicial, el ánima eran los aspectos femeninos
inconscientes de todo hombre , mientras que el animus eran los aspectos
masculinos inconscientes de toda mujer . Posteriormente el anima la
entiende Jung como el inconsciente encarnado en cada individuo, el
arquetipo inherente a la vida misma.
El
anima no es el alma en el sentido religioso, como algo puramente
inmaterial, pues tiene una función mental. El anima y el animus, cumplen
cinco leyes (Daco, 1985):
- 1º. Todo sujeto tiene cualidades masculinas y femeninas inconscientes. La individuación aporta un equilibrio al hombre y mujer que integra adecuadamente los aspectos de su personalidad oculta (la sombra). Un hombre equilibrado es a la vez activo y flexible, racional e intuitivo, posee ternura y dureza, es agresivo y acogedor, etc. Igualmente obraría para una mujer equilibrada.
- 2º. Las cualidades masculinas y femeninas cuando se encuentran proporcionadas llevan al equilibrio y la salud mental.
- 3º. El anima y el animus son aspectos de la "sombra" del inconsciente.
- 4º. Todo lo que no está integrado en la mente, incluido el anima y el animus, corre el riesgo de ser proyectado para bien o para mal. El enamoramiento es un ejemplo de cómo proyectamos nuestra anima o animus en el ideal o imagen del hombre o mujer ideal de nuestros sueños. Otro ejemplo serian las proyecciones de la imagen del padre a través del arquetipo del padre supremo (Dios) que puede ser proyectado en imágenes de castración, autoritarismo, culpabilidad, etc., hacia el propio padre o como se vive una religión concreta.
- 5º. Si la represión (ontológica) se transforma en consciente cesa la proyección y sus aspectos pasan a ser integrados.
I) LAS CUATRO FUNCIONES PSÍQUICAS
La
libido o energía vital puede adoptar cuatro funciones mentales en la
actividad del individuo : pensamiento, sentimiento, sensación e
intuición .
El
pensamiento está relacionado con el razonamiento y la reflexión lógica
de los hechos, con el juicio racional y cartesiano. El sentimiento se
relaciona con la percepción afectiva del mundo interno y externo. La
sensación se vincula a la percepción más física del mundo. La intuición
es un modo de relación con el mundo que conlleva la conciencia inmediata
y global de las cosas.
El
pensamiento y la sensación son rasgos más propios del hombre, y el
sentimiento y la intuición más propios de la mujer. Una de las cuatro
funciones se puede hacer dominante en la vida del sujeto al llegar la
libido a la conciencia y vincularse a una forma de relación de objeto
determinada. Ello conformaría una personalidad dominada por esa
tendencia, pero en peligro de no integrar las otras tres restantes, en
peligro de abortar la individuación, de desequilibrio mental. En la
"sombra" estarían las otras funciones, que desde los complejos o los
arquetipos producirían sus manifestaciones inconscientes;
manifestaciones que si no son integradas o percatadas en sus mensajes,
darían lugar a la perturbación mental.
J) LOS TIPOS PSICOLÓGICOS
La
teoría de los tipos psicológicos se encuentra muy vinculada a la idea
de individuación antes expuesta. En ella presenta Jung su teoría de la
personalidad. La integración de los aspectos cognitivos, afectivos y
conductuales de la mente dan lugar a formas de relaciones objetales.
Jung
fue uno de los primeros teóricos de las relaciones objetales y el único
de los psicólogos dinámicos clásicos que presentó una teoría de la
personalidad perfilada. La personalidad en la concepción jungiana gira
en torno a tres polaridades: (1) extroversión/introversión, (2)
sensación /intuición y (3) pensamiento/sentimiento.
Entre
las formas de relación de objeto (relaciones con otras personas e
intereses) está la polaridad "extroversión/introversión" . Los sujetos
extrovertidos están orientados hacia el exterior, hacia las personas,
objetos, intereses y situaciones externas. Su reflexión personal está
vinculada a la comprobación y el razonamiento en base a la actividad
externa. Los sujetos introvertidos están orientados hacia el interno,
especialmente sus pensamientos, reflexiones e imágenes mentales. Los
sujetos extremadamente extrovertidos suelen ser caprichosos y volátiles
en sus relaciones, los llamados histriónicos en la psicopatología
actual. Los sujetos extremadamente introvertidos pueden estar apartados
del mundo externo y envueltos en sus ensoñaciones, siendo lo que hoy en
día se denominan sujetos esquizoides . La extroversión y la introversión
son conceptos de los que se sirve la psiquiatría y la psicología actual
para estudiar la personalidad.
Otro
eje de relación de objeto es el "eje perceptivo de la sensación y la
intuición" . La percepción de la sensación conlleva a apreciar los
detalles específicos de las situaciones en el presente. La intuición por
su parte es un modo de aprehensión de la realidad psíquica que integra
totalidades en vez de partes. Es notable el anticipo de Jung, a lo que
posteriormente en psicología se ha dado en llamar estilos cognitivos o
estilos de pensamiento.
Un
tercer eje de relación de objeto está vinculado a como se elabora o
procesa la información en la mente una vez percibida. En esta área Jung
habla de la polaridad "pensamiento/sentimiento”. Los sujetos con
predominio del pensamiento elaboran sus percepciones en base a juicios
basados en la lógica y el razonamiento, mientras que aquellos en que
predominan los sentimientos elaboran sus percepciones en base a sus
estados afectivos.
Los principales tipos psicológicos resultantes de los tres ejes polares anteriores son:
- (1) Tipo extrovertido de pensamiento: Acepta el mundo que le llega por sus sentidos, las impresiones sensoriales, que clasifica.
- (2) Tipo extrovertido de sentimiento: Se deja llevar por el sentimiento que produce el objeto de su percepción; suele entablar relaciones afectivas con otros.
- (3) Tipo extrovertido de sensación: Es materialista y realista, dejando llevar por las propiedades físicas del objeto.
- (4) Tipo extrovertido de intuición: Se deja llevar por su percepción global del objeto más que por sus características definidas. Intenta controlar y manipular al objeto.
- (5) Tipo introvertido de pensamiento: Se deja llevar por pautas o ideas prefijadas de pensamiento. Puede tener un éxito más limitado en las relaciones sociales.
- (6) Tipo introvertido de sentimiento: Se deja llevar por los sentimientos que despiertan sus ensoñaciones e ideas subjetivas. Es la persona soñadora que vive en paz con el mundo externo.
- (7) Tipo introvertido de sensación: Se deja llevar por las sensaciones internas. El artista creativo se vincula más a este tipo.
- (8) Tipo introvertido de intuición: Se deja llevar sobre todo por su imaginación. Puede ser muy egocéntrico y se puede vincular al profeta religioso, el visionario, el loco fanático o el artista.
La
mayoría de los individuos son "ambiversos" ya que integran los aspectos
de introversión y extroversión, permitiendo así su mejor desarrollo
personal.
La
sociedad actual y los medios de comunicación potencian las modalidades
extrovertidas de personalidad y consideran más raros y excéntricos a las
personas más introvertidas. Sin embargo ambos aspectos han de ser
integrados para la individuación del sujeto.
K) LA SINCRONICIDAD
La
sincronicidad es la relación simultánea entre una idea inconsciente y
un hecho físico, de modo que uno no es causa del otro. Este fenómeno
mental permite interpretar los llamados fenómenos ocultos y la
parapsicología, los fenómenos de la telepatía, la clarividencia, los
ovnis, etc.
Jung
elaboró su teoría de la sincronicidad a partir de sus propias
experiencias de clarividencia como el anticipar la primera guerra
mundial y otros hechos. Es famosa su experiencia estando junto a Freud,
cuando en el transcurso de una conversación con este le anticipó por dos
veces que varios libros de la estantería que se encontraban bien
sostenidos, caerían como por arte de magia, produciéndose finalmente
este hecho. Jung esperó hasta 1952 para revelar sus ideas de la
sincronicidad.
La
teoría de la sincronicidad se basa en el relativismo de los conceptos
de espacio y tiempo en la mente inconsciente, especialmente en el
inconsciente colectivo. En el inconsciente colectivo las nociones de
espacio y tiempo desaparecen y los hechos pueden aparecer
simultáneamente fuera de toda lógica racional. Pero Jung postuló además
que la actividad de la mente inconsciente podía proyectarse en el mundo
externo de los hechos, en aparentes coincidencias, y los hechos del
mundo externo, del universo coincidir con los arquetipos del
inconsciente colectivo. El era consciente de que esta afirmación se
apartaba, y se sigue apartando de las concepciones dominantes de la
ciencia actual, siendo tildadas de irracionales, místicas o disparatadas
Para los parapsicólogos esta teoría es interesante para fundamentar los
hechos que estudian. Para los científicos puede ser absurda o fuente de
reflexión, según el caso.
L) LOS SUEÑOS
Jung
concede una importancia fundamental a la interpretación de los sueños,
como especie de mitología camuflada en el hombre. Los sueños representan
para Jung un lenguaje lleno de mensajes coherentes y lleno de
posibilidades creativas, y más aún cuando están libres de las leyes
causales y del tiempo. Hay que decir que fue a partir de los propios
sueños y visiones de Jung como llegó a la concepción del inconsciente
colectivo. El había tratado vanamente de interpretar sus sueños en
términos freudianos.
En
los sueños encuentran los psicólogos jungianos no solo la actividad de
los complejos específicos del inconsciente personal, sino también una
función prospectiva de anticipación de posibles vías creativas de
solución a los problemas. Esto es así porque en ellos se representan los
símbolos derivados de los arquetipos como problemas a los que se
enfrentaron muchas generaciones anteriores de hombre y mujeres en la
historia de la humanidad. Por lo tanto la función de los sueños es
presentar de manera inconsciente tanto los problemas como las posibles
soluciones a los que se enfrenta el sujeto.
En
los sueños, como en la actividad artística, operan en su formación una
serie de mecanismos inconscientes comunes (Rubino, 1995). Por una parte
está la "condensación" donde se fusionan varias realidades formando un
conjunto de significado. Otro mecanismo es el "desplazamiento" donde
núcleos de imágenes primarias y mas importantes quedan relegadas por
elementos secundarios que reciben la atención en lugar de los primeros,
en forma de expresiones disfrazadas. Gracias a estos disfraces pueden
hacerse conscientes elementos de la libido que de otra manera serian
reprimidos o rechazados por la conciencia.
La
"Sombra" es la parte de la pulsión libidinal que no es asumida
vivencialmente por la conciencia, por entrar en contraste y no armonía
con la dirección consciente elegida en la vida, con los intereses
conscientes. El "alter ego", el otro yo o la personalidad oculta está en
la sombra. La sombra aparece en el contenido latente (expresión de
Freud) del sueño, en su parte ocultada y también en las obras de arte
(p.e Fausto de Goethe, El retrato de Dorian Gray de Óscar Wilde, El
misterioso caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde de Stevenson). Gracias al
desplazamiento la vivencia de la sombra puede ser proyectada en el sueño
y la obra de arte.
Los
sueños pueden interpretarse en función de los mecanismos que lo
conforman (especialmente la condensación y el desplazamiento), e
identificando los complejos y arquetipos que conllevan.
El
método jungiano de interpretación de los sueños se basa en tres
estrategias técnicas: la amplificación, la síntesis y la imaginación
activa.
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