domingo, 23 de abril de 2017

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Utiliza y selecciona información acerca del estudio psicológico de las masas, realizado por Gustav Le Bon y elabora conclusiones acerca del poder de la persuasión, el contagio de sentimientos y emociones que se produce en las masas y sus efectos en la pérdida temporal de la personalidad individual y consciente del individuo. 

Indaga en la psicología de Erikson y destaca algunas de las causas psicológicas explicativas que señala acerca de los actos terroristas, el pensamiento radical e irracional que se pone de manifiesto en algunos seguidores de equipos deportivos, artistas, grupos políticos, religiosos, etc.




La psicología de masas es el estudio del comportamiento de los grupos colectivos. Es decir, esta rama se encarga de investigar por qué los individuos se contagian del comportamiento de los demás y se limitan a repetirlo sin cuestionarse nada. 

La psicología de masas se centra en la inexistencia de autonomía dentro de un grupo ya creado. Una persona que forma parte de una masa deja de ser independiente, se subordina al grupo al que pertenece. En el estudio de la Psicología de masas destacan autores como: McDougall, Gustave Le Bon, Kurt Lewin, Emile Durkheim, Alfred Adler, Sigmund Freud, etc.

La conducta de los seres humanos viene influenciada por el contagio que adquieren de los demás en los grupos colectivos. Una vez que el individuo forma parte de un grupo colectivo se deja llevar por los sentimientos y se une a estos, dejando de lado sus hábitos anteriores, sin cuestionarse si son correctos o no. El individuo inmerso en la masa tiene una conducta caracterizada por la impulsividad, intolerancia, inconsciencia, falta de perseverancia, falta de capacidad crítica, etc.

Para Gustave Le Bon (1841-1931), los seres humanos, al formar parte de una masa o grupo social, piensan y actúan de forma totalmente diferente a la que sentirían, pensarían y actuarían de manera individual. No es lo mismo actuar en un grupo que realizar una tarea de forma aislada. Para que los seres humanos formen un grupo colectivo tiene que haber algo que los una a todos en masa. 

Según Le Bon, al unirse las personas desaparecen las virtudes de estos y su peculiaridad. El ‘’Yo’’ deja de existir para crear un ‘’Nosotros’’. El poder de persuasión de la masa lleva a que el ser humano se contagie por las acciones de los otros, adapta características diferentes a las que ejerce de forma aislada. No tiene conciencia de sus actos porque se ha dejado contagiar por los sentimientos y emociones que se producen en las masas. Asimismo, Le Bon cree que la masa es impulsiva, voluble y excitable, ya que aparece un sentimiento de omnipotencia y el ciudadano ya no ve nada imposible. Hay mayor oportunidad de supervivencia en el conjunto, en la masa, que de manera individual. El individuo, inmerso en la masa, formando parte de ella, tiene una pérdida temporal de su personalidad individual y consciente como individuo.


Erik Erikson (1902-1994), cree que un denominador común de todos los fenómenos de masas es el amor o aceptación para el grupo y el odio o rechazo hacia aquéllos que no pertenecen a él. Esto es aplicable tanto a nacionalismos y religiones como a las pandillas de barrio o a los seguidores de un equipo de fútbol. El individuo extirpa lo malo de su líder, de su grupo —y de sí mismo—, y se lo implanta al enemigo. Además, se apropia de los atributos buenos que los rivales puedan tener. Es en estas circunstancias se puede encontrar no sólo aceptable, sino como obligación, la eliminación de los oponentes, depositarios de la maldad. Así se consigue justificar los actos violentos (terrorismo, guerra). 

El objetivo psicológico es el de agrupar a la comunidad en situaciones de amenaza. Pero esta amenaza puede ser real, fabricada o delirante.




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