viernes, 31 de enero de 2014
EL RECHAZO TÓXICO
Lo que tenemos por delante y lo que dejamos atrás es insignificante
en comparación con lo que está dentro de nosotros.
OLIVER WENDELL HOLMES
La toxicidad del rechazo tiene que ver con todo lo que hacemos para obtener la
aceptación, una necesidad digna de todo ser humano pero mal buscada. Buscamos la
aceptación en el exterior, pero el rechazo está en nuestro interior.
La gente no tiene la autoridad para rechazarte ni aceptarte. Solo tú puedes hacerlo.
El rechazo es la hemorragia emocional más dolorosa que una persona puede
tener, porque ser aceptado es el pasaporte que te habilita y te da permiso para vivir.
Nadie puede vivir sin ser aceptado, y esto no se compra, sino que se construye desde
dentro. Los primeros que nos dan esta validación necesaria son nuestros padres,
pero, luego, iremos descubriendo que cada uno de nosotros tiene la capacidad de
darse valor.
Cuando una persona ha experimentado el rechazo, sangra a donde quiera que va
y la muestra es que la aceptación sale de su propia boca y no de los demás. «¿Has
visto el coche que me he comprado?» «¿Sabes de dónde es esta camisa?» «Mira qué
reloj más bonito me he traído de Europa.» «Mira qué guapa es la chica que he
conocido.» Dice el libro de Proverbios: «Que te alaben los extraños y no tu propia
lengua.»
La gente rechazada sobreestima las opiniones de los demás. Se trata de personas
hipersensibles que, a través de la manipulación, intentarán tener al resto bajo su
control, lo cual hace que la gente se aleje.
El rechazo emocional es tóxico y se trata del mayor impedimento a la hora de disfrutar de todo lo alcanzado.
Cuando una persona se siente rechazada, no puede disfrutar en absoluto de nada
de lo que posee, porque solo se concentrará en si es querida, felicitada, validada o
no. Validar quiere decir «dar fuerza, firmeza a una cosa o a una persona».
Una persona que se siente rechazada (y no necesariamente lo es) no puede
disfrutar ni de una salida, ni de un coche, ni de cualquier éxito que alcance, ya que
sus ojos estarán puestos en «los otros», es decir, «en la validación de los otros», y
nada de lo que alcance será suficiente.
Debo saber que, si busco acumular objetos para elevar mi autoestima, me convertiré
en el carcelero de mis pertenencias. Si dependo de ellos para sentirme fuerte y poderoso, haré que los objetos se transformen en una adicción para seguir viviendo. En esta instancia, ya no podré
disfrutar de los logros nuevos que adquiera, porque tenerlos no me hará más feliz,
sino que los utilizaré para levantar mi estima.
De ahí parte que muchas de las actitudes que se forman en la persona sean
tóxicas: ambiciosas, miserables y avaras. No importa si son muchos o pocos los bienes
que has acumulado, el rechazo te impide el gozo.
• El rechazo nos convierte en personas y seres susceptibles. Esto es así porque,
cuando lo que buscas es la aprobación de la gente, te conviertes en esclavo de
ellos.
• El rechazo nos impide echar raíces. Mientras no nos afirmemos como personas,
seremos errantes. Siempre estaremos buscando nuestro lugar en el mundo.
• Las personas rechazadas no se cuidan. Como no pueden cuidarse, se refugian
muchas veces en las drogas, en el alcohol o se aíslan del mundo que las rodea.
Además, una persona rechazada es transmisora de su propio rechazo.
Si te sientes rechazado, debes comprender que, herido, solo serás capaz de dar
aquello que has recibido. El rechazado hará todo lo posible para ser rechazado.
Harás todo lo posible para rechazar, aun en circunstancias en las que, para tu
sorpresa, seas felicitado.
Por eso es por lo que necesitamos sanar el rechazo que sentimos. La aceptación, el
valor, no puede dártelo la gente, tú mismo tienes que dártelo. No permitas que nadie
marque tu corazón.
Si buscas el reconocimiento en el exterior, no podrás disfrutar de ningún éxito, de
ninguna alegría, porque lo que para ti es importante tal vez no lo sea para el otro.
Quiero decirte que tu estima y tu felicidad no dependen ni de lo que posees ni de
las palabras que el otro quiera dedicarte. Tu autoestima crecerá a medida que te
aceptes como persona y comiences a hablar bien de ti mismo.
Tu herencia y tu destino estarán marcados con la fuerza y la energía, con los
sueños y con las metas con las que decidas comenzar cada mañana. Tienes que
cuidarte tú, nombra tus puntos fuertes, decreta que tu día va a ser de éxito.
Concéntrate en el objetivo y no en la gente, porque, si no, con el tiempo, quedarás
atado a ella.
Y recuerda que lo que más se nos ha repetido es lo que formaba parte de nuestra
imagen.
Tu vida sigue tus pensamientos y, de acuerdo a la calidad de tus pensamientos, serán
tus creencias:
tu vida nunca irá más lejos de lo que piensas.
1. ¿CUÁNTAS VECES NOS HAN RECHAZADO O, POR EL
CONTRARIO, HEMOS RECHAZADO NOSOTROS?
Cuando hablamos de rechazo, puede que nos sintamos algo incómodos, ya que es
un sentimiento que, valga la redundancia, tendemos a rechazar. No nos gusta hablar
de rechazo, porque genera sensaciones o reacciones que nos resultan difíciles de
entender o cambiar.
Sigmund Freud sostenía que lo contrario del amor no era el odio, sino la
indiferencia. Según Freud, creemos que tanto con el amor como con el odio la
persona siente que existe, mientras que la indiferencia representa la no existencia.
Muchas veces inconscientemente le decimos al que está a nuestro lado cosas como
estas: «Te pido que me ames o que me odies, pero por favor hazme sentir que estoy
vivo», «Si no me das un beso, dame una bofetada».
Y es evidente que no hay peor sentimiento para la vida de un ser humano que
darnos cuenta de que para el otro no existimos. De alguna manera, todos aspiramos
a sentirnos reconocidos en el otro. Es indudable, pues, que el rechazo y el abandono
pueden producir distintos trastornos en la conducta de un individuo.
Por lo general, muchas personas que tienen alteraciones espirituales, mentales y
emocionales no han visto satisfechas sus necesidades de amor y afecto en su niñez.
Muchas conductas ilógicas tienen sus raíces en una necesidad interior generalmente
vinculada al hecho de que sus necesidades de amor no han sido satisfechas.
Muchas de tus tristezas inexplicables tienen una sola explicación: no quisiste como los otros necesitaban o no te quisieron como esperabas.
La gente te acompañará solo hasta ahí, hasta donde son capaces de llegar, pero
habrá un momento en que estarás solo. En tu hora más difícil, nadie te acompañará,
estarás solo.
En el peor momento, nadie nos llamará. Cuando más lo necesitemos, nadie estará.
Es así, en el tramo más difícil nos quedaremos solos. «Las personas nos acompañarán
hasta la mitad del camino.»
En muchas ocasiones, nos sentimos desprotegidos, solos y angustiados, dado que el
ser rechazado es una emoción que nos hace daño y nos detiene. El rechazo es la
hemorragia emocional más dolorosa que una persona puede tener, porque ser
aceptado es el pasaporte para darte permiso para vivir y ser feliz. Cuando una
persona ha experimentado el rechazo sangra donde quiera que vaya.
Sin embargo, tienes que saber que:
• El rechazo no puede detenerte ni limitarte.
• El rechazo no puede debilitarte.
• El rechazo no puede condicionarte.
No estás hecho para el NO. No fuiste creado para, luego, ser rechazado. Eres
aceptado y tienes valor desde el mismo minuto que saliste a la vida. Desde el
momento en que conoces esta verdad, ya no necesitarás hacer más exámenes.
Si te has equivocado, no importa; siempre hay una nueva oportunidad para volver
a empezar. No confrontar los errores es como una infección que, cuando no se trata,
puede destruir toda una vida.
Es importante que comiences a entender que no importan todas las veces que
hayas sido rechazado, porque tú eres una persona de éxito con un destino por
alcanzar. En la vida lo más importante no son los acontecimientos, sino los
pensamientos que tienes con respecto a aquello que te está pasando.
Estás preparado para dejar de escuchar lo que los otros dicen o esperan de ti.
TÉCNICAS PRÁCTICAS Y SENCILLAS PARA SENTIRNOS LIBRES
DE TODO RECHAZO
• El rechazo se anula cuando decido usar sabiduría
La sabiduría mueve la fuerza, pero la fuerza nunca mueve la sabiduría. Podrías
seguir como estás, pero algo sabio sería decidirte a rechazar el rechazo y
comenzar a disfrutar de la vida.
• El rechazo se anula cuando invierto en mí
No puedes dar lo que no tienes. Como me trato, te trato. Como te trato, me trato.
El que no se respeta no te respeta. Cuídate a ti mismo. Solo serás capaz de dar a
los otros lo que te des a ti mismo. Invierte en ti y date tiempo, perdónate.
Descubre el potencial que permanece escondido.
• El rechazo se anula cuando hablo bien de mí
Habla bien de ti. Hay gente que sabe decir lo bueno que otros tienen, pero en
cuanto a ellos, no saben responder. ¡Habla bien de ti! Si tú no te cuidas, nadie va
a cuidarte. Nombra tus puntos fuertes. Determina que el día de hoy es tu mejor
día. Todo lo que salga de tu boca te curará o te hará enfermar. Comienza a
hablar bien de ti mismo para recuperarte y encontrarte cada día mejor. Aquello
que más se nos repitió es lo que determinó nuestra imagen. Transforma tu
propia imagen a través de las palabras. Tus palabras son el mejor capital que
tienes, y tu boca es el administrador, por eso, si es para ti, ¡date lo mejor!
• El rechazo se anula cuando me regalo lo mejor
Cuando comas, come lo mejor. Cuando te vistas, compra una prenda que sea
buena para transmitirle a tu cuerpo que hoy tiene una sola prenda, pero que
mañana van a ser dos y pasado mañana todo lo que te pongas va a ser de
primera, porque tu mente ya no es la de un perdedor, sino la de una persona
sana y libre que sabe el valor que tiene su vida y, como tal, la atenderá. Dentro
de tus posibilidades, regálate y prémiate con lo mejor que puedas darte.
• El rechazo se anula cuando me junto con gente que ya lo ha logrado
Si quieres saber cómo es la autoestima de alguien, tienes que mirar su compañía.
Júntate con gente que añada valor a tu vida, con gente que añada bendición.
Fuiste hecho para caminar en victoria, para que sueñes: la sangre del campeón
está dentro de ti. Júntate con tus mentores, con aquellos que están por delante
de ti en la carrera.
Anula todo rechazo, abandono, castigo, todo estigma, toda comparación, toda
exigencia desmedida que cargaron sobre tus hombros.
Anula el abandono, el castigo. Comienza a cuidar de ti mismo, a valorarte.
La gente te pone precio, pero tú sabes que tu vida no tiene precio, sino valor.
Empieza a cuidarte, date tiempo, regálate lo mejor, camina con los que suman a tu
vida.
La felicitación es agradable y la aprobación útil, pero no trabajes buscando la
aprobación de los demás, el hacerlo te hará desviarte del objetivo y de la meta.
¡No seas esclavo de la gente! Cuando alguien te rechaza, aléjate de ese lugar, ¿para
qué te vas a quedar ahí?
Eres valioso, único e irrepetible, original, con algo que ofrecer que solo tú tienes.
Si lo crees y lo aceptas, llegará el día en que no necesites mendigar la felicitación de la
gente. Afírmate a ti mismo.
Necesitas aprender a concentrarte en la gente que te ama y no en quienes te
rebajan y anulan tu ser. ¿Estás listo para hacerlo?
• Libérate de todo sentimiento que te haga sentir «no apto».
• Libérate de todo sentimiento y toda palabra de desvalorización.
• Libérate de la depresión, esa incapacidad que te ahoga y no te permite expresar
lo que sientes.
• Libérate del perfeccionismo, de los miedos.
• Libérate de lo material, los recuerdos tristes, los ritos, las costumbres, las
creencias erróneas que no te sirven para crecer y ser libre de la culpa y de
aquellos miedos heredados.
• Libérate de tu historia, tus muertes y todas esas viejas emociones que hay en tu
corazón.
• Libérate de aquel amigo o amiga que dejó de hablarte.
• Libérate de tus ex, ya sean parejas, amigos, jefes. No tengas temor de
desprenderte de todo lo viejo.
• Libérate de las emociones que te hieren y te aprisionan.
• Libérate, libérate de todo lo que tienes miedo a perder para que, cuando ya no
esté en tu vida, no te duela y permitas la entrada a lo nuevo. No guardes rencor
a nadie, vuelve a sonreír. Para el que cree todo es posible.
• Libérate de toda imagen errónea que tengas de Dios. Él no te condena ni te acusa
de nada. Todo lo contrario. Él anhela verte sano, recuperado, próspero, feliz.
• Libérate de los momentos de éxito que has tenido, porque los mejores están por venir.
Libérate y sé feliz.
No hay nada más hermoso que invertir
tu vida en metas y sueños.
No mires hacia atrás, no te detengas,
no pierdas tiempo.
Libérate del dolor, de las emociones tóxicas.
Después perdónate y perdona,
y una vez que lo hagas, recuerda que,
para el que cree, todo es posible.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy inspirador. Gracias por estas palabras.
ResponderEliminar