2.1.2. Investiga, a través de internet, la filogénesis humana y la evolución del cerebro, explicando y apreciando la relación directa que mantiene con el desarrollo de la conducta humana.
A lo largo de nuestra evolución las mejoras en el cerebro y el cuerpo se han complementado recíprocamente: cuando una avanzaba, ésta impulsaba la mejora de la otra siguiendo un ciclo de retroalmientación positiva. De esta manera, ponerse de pie fue uno de los primeros hechos trascendentales de la humanidad y está constatado que esto sucedió antes de la aparición de los pulgares prensiles, la habilidad de fabricar herramientas o el desarrollo del lenguaje.
Paul MacLean, médico y neurocientífico norteamericano (1913-2007) desarrolló en la década de 1950 la teoría del cerebro triuno, también conocido popularmente como la teoría de los tres cerebros.
Las especies animales surgimos de una especie primitiva de la cual hemos evolucionado, esta especie de animales primitivos eran los reptiles. Es por ello que la parte del cerebro presente en todos los animales es llamada cerebro reptiliano y se encarga de los instintos más básicos. Pero los humanos, además de este cerebro intuitivo y primario disponemos de dos áreas más que nos permiten ser más inteligentes y evolucionados.
El cerebro límbico o mamífero, que compartimos también con la mayoría de mamíferos.
Y el neocórtex o cerebro humano. Este último es prácticamente exclusivo de la especie humana, hay animales que lo poseen de forma poco evolucionada y no alcanza al desarrollo que alcanzó el nuestro, hace ya unos 150.000 años con el homo sapiens-sapiens.
El primer y el segundo los agruparemos en el llamado cerebro emocional inconsciente, y el tercero, lo llamaremos cerebro racional consciente.
Los tres cerebros se desarrollaron en forma de capa uno por encima del otro. MacLean postulaba la interacción entre diferentes partes del cerebro, los tres cerebros están interconectados a nivel neuronal y bioquímico y cada uno controla distintas funciones de nuestro cuerpo.
Los tres cerebros se desarrollaron en forma de capa uno por encima del otro. MacLean postulaba la interacción entre diferentes partes del cerebro, los tres cerebros están interconectados a nivel neuronal y bioquímico y cada uno controla distintas funciones de nuestro cuerpo.
Cerebro instintivo o reptiliano
Compuesto por el tallo cerebral, los ganglios basales y el sistema reticular, ocupa el 5% de la masa cerebral. Tiene como función principal asegurar nuestra supervivencia y la de la especie.
Es la parte que regula las funciones fisiológicas involuntarias de nuestro cuerpo y es responsable de la parte más primitiva de reflejo-respuesta. Al no pensar ni sentir emociones o entender de pasado o futuro, solo vive el presente y reacciona en consecuencia, cuando nuestro cuerpo lo necesita: control hormonal y de la temperatura, hambre, sed, motivación reproductiva, respiración…
Y ante posibles amenazas responde a dos únicas posibilidades, el ataque o la huida. Evalúa aquello que tenemos por conocido como seguro y aquello que desconocemos como peligroso para nuestra supervivencia.
El cerebro límbico o mamífero
Empieza a desarrollarse incipientemente en aves y totalmente en los mamíferos.Está constituido por 6 estructuras que ocupan el 10% de la masa cerebral:
Tálamo (controla los mensajes de los sentidos, prepara al organismo para reaccionar si percibe dolor, presión en la piel, etc.)
Amígdala (control de las emociones, base de la memoria afectiva)
Hipotálamo (mantiene la temperatura y el sentido de sed y hambre)
Bulbos olfatorios
Región septal
Hipocampo (memoria)
Este cerebro ya es capaz de procesar experiencias presentes y pasadas, tiene memoria y ello le permite aprender, modelar y recordar respuestas para utilizarlas de nuevo ante posibles situaciones semejantes futuras.
Filtra los estímulos distinguiendo entre dolor y placer, considerando el dolor malo para la supervivencia y el placer como bueno. De esta forma, cada vez que experimentamos una de estas sensaciones nuestro cerebro límbico buscará la causa y la memorizará, asociando situaciones y/o procesos con dolor o placer. Estas asociaciones que establecemos no son fijas o indelebles, aunque bajo estímulos muy intensos pueden resultar muy difíciles de modificar.
El cerebro neocórtex o cerebro humano
Tiene una función cognitiva-ejecutiva, que hace referencia a la capacidad de procesar, de manera consciente, la información. Ocupa el 85% de la masa cerebral, mucho más porcentaje que las otras dos partes, pero se enciende después de ellos, recibe la información 375 milisegundos más tarde, de modo que los primeros a evaluar los estímulos son el cerebro reptiliano y límbico. La transmisión de información al neocórtex consume mucha energía, de ahí su lentitud.
El neocórtex nos proporciona la inteligencia racional, abstracta y ello nos permite desarrollar el lenguaje, las ideas, cálculos, el análisis, la planificación y habilidad de procesar experiencias futuras y la creatividad a partir de la imaginación. Es la parte consciente de la persona a nivel fisiológico y emocional, la parte que realmente nos hace humanos.
Se encuentra estructurado en cuatro lóbulos frontales y un lóbulo prefrontal por duplicado, una dentro de cada hemisferio (derecho e izquierdo ). Los lóbulos frontales tienen importantes conexiones con el resto del cerebro y están muy implicados en los componentes motivacionales y conductuales. Los prefrontales, se encargan de las funciones ejecutivas, de aquellas que nos permiten dirigir nuestra conducta ya que comprenden, planifican y orientan nuestros actos.
Lóbulo Occipital: Es el encargado de procesar las imágenes, un daño en esta zona podría producir defectos y escotomas del campo de visión
Lóbulo Parietal: Recibe sensaciones de tacto, calor, frío, presión, dolor, y coordina el equilibrio. Su lesión provoca anestesia en brazo y pierna del lado opuesto, a veces con dolores y epilepsias sensitivas, y desequilibrios. La lesión del lado izquierdo tiene como resultado trastornos en el lenguaje, dificultad para la lectura y la realización de cálculos matemáticos.
Lóbulo Temporal: Dividido en dos partes, principalmente tiene que ver con la memoria. El lóbulo temporal dominante está implicado en el recuerdo de palabras y nombres de los objetos, mientras que el lóbulo temporal no dominante, está implicado en nuestra memoria visual , es decir, caras, imágenes, etc. Cuando se escucha música o alguien nos habla, esta región trata de descifrar la información y procesarla. También contribuye al equilibrio, la regulación de emociones y motivaciones tales como la ansiedad, el placer y la ira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario