lunes, 31 de octubre de 2016

AUTOESTIMA




http://www.cop.es/colegiados/pv00520/__%20Extracto%20libro%20AE%20sana.pdf



El estudio de la autoestima tiene sus raíces en planteamientos de psicólogos humanistas como Rogers (1959) y, en la actualidad la autoestima óptima formulada por Kernis (2003), y la autoestima verdadera propuesta por la teoría de la autodeterminación (Deci y Ryan, 1991, 1995).

La autoestima sana es la actitud positiva hacia uno mismo, que incluye la tendencia a conducirnos —es decir, a pensar, sentir y actuar—, en la forma más sana posible, teniendo en cuenta el momento presente y también el medio y largo plazo. La autoestima favorece el bienestar. Según esa definición, mantener una autoestima sana implica:

• Conocernos a nosotros mismos, con nuestros déficits y también con nuestras cualidades y aspectos positivos. Para ello, habría que reducir al mínimo nuestros «puntos ciegos» (características personales de las que no somos conscientes).

• Aceptarnos incondicionalmente, independientemente de nuestras limitaciones o logros, y de la aceptación o el rechazo que puedan brindarnos otras personas, aunque procuremos ir mejorando.

• Tener una visión del yo como potencial, estamos sujetos a cambios, y que podemos aprender a dirigir esos cambios para desarrollar nuestras mejores potencialidades.

• Relacionarnos con los demás de forma eficaz y satisfactoria.

• Buscar nuestra felicidad y bienestar, siendo capaces de demorar ciertas gratificaciones para conseguir otras mayores a más largo plazo.

• Atender y cuidar nuestras necesidades físicas y psicológicas: nuestra salud, bienestar y desarrollo personal.

La llamada visión tradicional de la autoestima, predominante hasta hace unos años, mantenía que la autoestima sana y deseable era equivalente a la autoevaluación favorable. También consideraba que el único problema de autoestima era la baja autoestima, mientras que lo deseable era tener una alta autoestima.

Esta forma de ver las cosas se basaba en las ventajas de mantener una visión positiva de uno mismo. Es contraproducente el afán por sentirse bien con uno mismo aunque se esten haciendo las cosas mal. Problemas como la delincuencia, los malos tratos, la drogadicción o el fracaso escolar, no pueden solucionarse enseñando a los niños o a los jóvenes a gustarse mucho a sí mismos. Algunas personas con graves problemas en su relación con los demás, incluso con conductas antisociales, se sentían muy satisfechas consigo mismas.

Se demostró que algunas personas con alta autoestima, según los instrumentos de evaluación más utilizados, eran egocéntricas, arrogantes y prepotentes, con tendencia a distorsionar la realidad para hacerla coincidir con su autoimagen, a reaccionar con ira o violencia, y a dominar o subyugar a sus semejantes.








1 comentario:

  1. Estaria miy bien que cites a la autora de la que lo has copiado
    Elia Roca

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